Por qué tenemos miedo a ser cariñosos con otras personas, y en vez de eso optamos por tomar un comportamiento hostil y desinteresado?

Por qué tenemos miedo a intentarlo, y que en el peor de los casos, no funcione?

Tantas decepciones hemos tenido que no somos capaces de arriesgarnos una vez más?

Tal vez perdimos el interés, y nos sumergimos en la mierda de las relaciones personales monótonas y plásticas.

Poco a poco nos vamos apagando, nuestros colores apasionados se van destiñendo y nuestro espíritu se va desintegrando hasta el punto en que ya nada dolerá. Sin dolor no hay placer. Y el placer cada vez se nota menos con la progresiva insensibilización.

También soy pecadora, porque también tengo miedo a decepcionarme, tengo miedo hasta de conformarme con lo que encuentre. Y así lo he hecho.