Hoy dia biografías de Martin Lutero las hay a miles. De no encontrarlas en las librerías, en cualquier capilla protestante la venden por módico precio, o posiblemente la regalen. No era así en la España de mi niñez y adolescencia. Fue tras la celebración del Concilio Vaticano ll, cuando la mayoría de los españoles supimos que más allá de lo católico, el Cristianismo tenía otras facetas. En aquel tiempo, Martin Lutero era el hereje redomado, guía seguro hacia la perdición. Alguna iglesia “de secta herética” obraba a escondidas. Estaba destinada a ingleses que nos visitaban y algún nacional que se comprometía demasiado con su asistencia. En Granada, mi tierra, manos pías como la que prendieron la pira de Juan Huss quemaron la existente, cercana a la Universidad
El libro que uso de consulta esta escrito en 1968 y está prologado por Enrique Miret Magdalena. Para quien desconozca quien es el autor del prólogo diré que es un teólogo de epoca y presidente de la Asociación Teológica Juan XXll. Aunque antes de esto fue el maestro columnista, que por medio de la prensa nos enseño a los españoles la cara oculta del otro cristianismo. Desde aquellos años 60 del pasado siglo hasta nuestros días, mucho han cambiado las cosas…¡Para mejor!
Martin Lutero nace el día 10 de noviembre de 1483, en Eisleben (Alemania). Para lo que interesa al tema, su nacimiento tiene lugar en el azaroso mundo de papas, antipapas, concilios, conciliábulos y predominio de intereses. Quiero decir con esto, que sin querer mermar en modo alguno el protagonismo de Lutero en su Reforma de la Iglesia, el comportamiento de esta, que hemos leido en los anteriores aportes exigía a voces un cambio de rumbo. En una hipotética balanza de dos platillos, no sé cuál de ellos pesaría más.
Diría que su biografía arranca con un viaje en medio de una gran tormenta. Un rayo cae muy cercano a él, y por fortuna no acaba con su vida. El efecto psicológico, si es grande. Su espiritu se turba de tal manera, que acaba ingresando en el seminario agustino de Erfurt. Allí se le encargaran los trabajos serviles que nadie desea. En contraposición conoce al vicario general de la orden, padre Staupitz que marcará su vida. En la estrecha amistad a la que han llegado, le aconseja al saber de sus mortificaciones: “En lugar de martirizarte por tus faltas échate en brazos del Redentor y confía en El. En la justicia de Su vida, en la expiación de Su muerte”.
Estos diálogos con el vicario general vienen a completar las enseñanzas recibidas en el colegio de Magdeburgo por el tambien agustino Andrés Proles, que predicaba sobre la necesidad de reforma en la Iglesia. Tambien otro compañero de ahora, en el seminario de Erfurt le dice con la voz de la experiencia que “cree en la remisión de los pecados”. Pero quien verdaderamente conforma a Lutero es la Biblia hasta ahora desconocida para él. La Iglesia tenía prohibido su lectura. Lutero que dominaba la lengua latina se enfrasca en su lectura. Así puede observar las enormes diferencias entre el puro Evangelio de Cristo y lo que predica la Iglesia. Más tarde, Lutero la traduce al alemán.
Los dias transcurren entre el trabajo y los ratos de estudio que puede sustraerle. Así las cosas contrae una grave enfermedad. Lo leido en la Biblia y el animo infundido por un viejo sacerdote que le insta a seguir para quesea luz de la gente hacen que se recupere. En el año 1505 es Doctor en Filosofía. El viejo deseo de su padre para que estudiase Jurisprudencia se torna en el grado alcanzado. Esfuerzo y dolor le ha costado. A escondidas del padre entró en el convento. El impacto producido por el rayo venció a las ilusiones paternales
Lutero ya es sacerdote. Un día la Orden necesita arreglar unos problemas burocráticos y lo envia a Roma. Ve la degradación a la que ha llegado el clero y la falta de espiritualidad que existe en el papado de Julio ll. Continua su carrera sacerdotal y académica cuando en tiempos del papa Leon X choca de frente con el problema de las Indulgencias. Como ocurrió en el año 1514 con la guerra contra los turcos, ahora en 1516 y para la construcción de la Basilica de S. Pedro a cambio de una limosna se libera total o parcialmente de los pecados cometidos. El recaudador del dinero es el dominico Juan Tetzel, al que la versión romana acusara de haber distorsionado el mensaje al no indicar la necesidad de contrición de por medio. LO cierto es que negocio lo fue, con príncipe elector de Maguncia de por medio. En la tesis numero 50 de las 95 que Lutero clavó en la puerta de la Iglesia de Castillo de Wittemberg se lee: “ Es preciso enseñar loa cristianos, que si el Papa supiese el robo y el engaño de los predicadores de indulgencias, antes prefiriria que la Basílica de S. Pedro quedase quemada o reducida a escombros, que verla construida con la piel, carne y huesos de sus ovejas"

(Continuara)