porque esto representa mi sangre,
‘la sangre del pacto’, que va a ser derramada
en beneficio de muchas personas,
para que sus pecados sean perdonados
MATEO 26:28
¿No participamos de la sangre del Cristo
con la copa de bendición que bendecimos?
¿No participamos del cuerpo del Cristo
con el pan que partimos?
1 CORINTIOS 10:26
EL NUEVO PACTO ESTA BASADO EN LA MUERTE DE JESUS
En vez de borrar los pecados de un plumazo, Dios escrupulosamente se ajustó a su norma de justicia y, a pesar del elevado precio, suministró el fundamento legal para el perdón de pecados. Lo podemos comprender mejor si nos fijamos en lo que escribió el apóstol Pablo (léase Hebreos 9:15, 22, 28). Él mencionó “la liberación por rescate” y dijo que “a menos que se derrame sangre no se efectúa ningún perdón”. En el caso del nuevo pacto, no se trataba de la sangre de toros o machos cabríos que se ofrecía por mandato de la Ley. El nuevo pacto se validó con la sangre de Jesús. Basándose en este sacrificio perfecto, Jehová podía ‘perdonar el error y el pecado’ para siempre (Hech. 2:38; 3:19)
(Éxodo 24:8) Así que Moisés salpicó al pueblo con la sangre y le dijo: “Esta es la sangre del pacto que Jehová ha hecho con ustedes de acuerdo con todas estas palabras”.
(Jeremías 31:31) “Mira, se acercan los días —afirma Jehová— en que haré un nuevo pacto con la casa de Israel y con la casa de Judá.
(Hebreos 7:22) Jesús se ha convertido por tanto en la garantía de un pacto mejor.