El viejo pacto son los preceptos del viejo testamento judío, y el nuevo pacto son los misericordiosos mandamientos que Jesucristo nos enseña en el Evangelio... Las cartas atribuidas a Pablo torcidas por los indoctos judaizantes no deben imponer un pacto diferente de ningún falso escrito atribuido a Pablo para anular el nuevo pacto enseñado por Jesucristo...
Anular a Jesucristo para imponer falsos escritos atribuidos a "Pablo"..., es ""la abominación de la desolación"" puesta en el lugar santo...