El pecado lo heredamos y nacimos con el antes de hacer nada
bueno o malo.
Siempre he considerado esa afirmación como algo totalmente demencial.
De hecho, sería la demostración de que no fuimos creados por ningún Dios, y, si lo fuimos, ese Dios no sería nada de perfecto, por haber creado algo que Él perfectamente sabía que iba a fallar.

Y no me vengas con el cuento que la serpiente parlanchina lo engañó, que él perfectamente hubiese podido no comerse la fruta, y todo el rollo aquel.