Preséntate aprobado a Dios (2 Tim. 2:15).

No nos sorprende que hoy día muchas personas
hagan grandes cambios al estudiar la Palabra de Dios.

Eso mismo pasó con los cristianos del siglo primero,
que tenían la esperanza de ir al cielo (1 Cor. 6:9-11).

El apóstol Pablo mencionó la clase de personas
que no heredarán el Reino de Dios,
y luego les dijo a los cristianos:
“Eso era lo que algunos de ustedes eran”.

Pero la Palabra de Dios y el espíritu santo
los ayudaron a cambiar.

Incluso después de hacerse cristianos,
algunos cometieron errores graves
que dañaron su amistad con Jehová.

Por ejemplo, la Biblia habla de un cristiano ungido
que tuvo que ser expulsado.

Pero luego hizo los cambios necesarios
y volvió a la congregación (1 Cor. 5:1-5; 2 Cor. 2:5-8).

Nos anima ver los cambios
que muchos hermanos han podido hacer
con la ayuda de la Palabra de Dios.

Por eso queremos usarla bien.