Hace tiempo que he visto por aquí que algunos en su confusión o maldad hacen malo a Dios.
Lo que pasa es algo diferente.
Tú cambias las escrituras a tu antojo, las interpretas como te da la gana, y descartas las que te disgustan, porque interfieren con tu vida personal.

Quien hace malo a Dios eres tú, comadre, que predicas tu líbido.