Así es, querido Kimo. Gusto de volver a saludarte.
Que Dios, el Único, te siga bendiciendo.
Dios es Uno y Jesús lo sabía.
Lo sabía también Mohammed, que dio punto final a la corrupción de la cristiandad, corrupción contra la que se alzó Arrio y todo buen cristiano de esos primeros siglos: Jesús, durante su vida y enseñanzas, jamás reclamó para sí el título de Dios ni reclamó adoración.
Si vosotros, los testigos de Jehová, os tornáseis al Corán y su mensaje, verían que es un sostén clarísimo de esa convicción que abrazáis con fervor.
Muchos hinduistas también sabían que la multitud de dioses que adoran las comunidades en la India no son sino alusiones metafóricas a aspectos de la Deidad, de ese único Dios, Brahma, que sostiene al universo.
Por eso no fue tan difícil para Gurú Nanak crear el sijismo: porque la convicción de un único Dios verdadero habitaba por igual el corazón de musulmanes que de hinduistas.
A Ti, Oh Dios, el Único Verdadero, sea el Poder y la Gloria.