Alrededor de un siglo antes de que en Israel hubiera rey, había un Sumo Sacerdote que se llamaba Elí. El Sumo Sacerdote era la autoridad espiritual máxima de Israel, pues era el designado por Jehová para entrar en el Santísimo, que representaba su presencia en los cielos, una vez al año para hacer un sacrificio muy especial ... que representaba la muerte de Cristo. Con ese sacrificio el sacerdote se limpiaba él mismo y al resto de sacerdotes levíticos, aparte de al pueblo. Una vez, Ana, una israelita que era estéril, fue al tabernáculo a llorar y pedirle a Jehová que le concediera tener un hijo. Cuando Elí la vió ni siquiera le preguntó qué le pasaba; la acusó de estar borracha y la regaño por estar en el lugar santo en ese estado. Ella le explicó y él al final la dejó tranquila. Ana llegó a ser madre de Samuel, un niño que vino a ser criado junto en casa de Elí, pues Ana le había prometido a Jehová que si se lo daba, ella se lo dedicaría. Samuel llegó a ser el profeta de Jehová por muchos años, llenando el vacío de "visiones" que habían tenido los israelitas por algún tiempo.



Elí, por su parte, tuvo dos hijos llamados Hofní y Finehás. Ellos, al ser también levitas e hijos del Sumo Sacerdote, oficiaban también como sacerdotes de Israel. Pero resultó que estos dos hombres eran unos "buenos para nada". Estaban únicamente interesados en usar su puesto para conseguir comida fácil extrayendo de los sacrificios a Jehová que iban a hacer los israelitas al tabernáculo, las partes mejores sin siquiera haber sido humeada la grasa como se había establecido. Ellos hasta se la llevaban antes de que la carne se cociera en el altar. La Biblia lo explica así:


1Sam.2:12 Ahora bien, los hijos de Elí eran hombres que no servían para nada; no reconocían a Jehová. 13 En cuanto al debido derecho de los sacerdotes de parte del pueblo, cuando cualquier hombre estaba ofreciendo un sacrificio, venía un servidor del sacerdote con el tenedor de tres puntas en la mano, justamente cuando la carne estaba hirviendo, 14 y lo metía de repente en la fuente o en la olla de dos asas o en la caldera o en la olla de un mango. Cualquier cosa que el tenedor sacaba, el sacerdote lo tomaba para sí. De esa manera solían hacer en Siló a todos los israelitas que venían allí. 15 También, antes que siquiera pudieran hacer humear la grasa, venía un servidor del sacerdote y decía al hombre que ofrecía el sacrificio: “Da carne para asarla para el sacerdote, sí, para que él reciba de ti, no carne cocida, sino cruda”. 16 Cuando el hombre le decía: “Que estén seguros de hacer humear la grasa primero. Entonces toma para ti lo que sea que tu alma desee con vehemencia”, él realmente decía: “No, sino que debes darla ahora; y, si no, ¡tendré que tomarla por la fuerza!”. 17 Y el pecado de los servidores llegó a ser muy grande ante Jehová; porque los hombres trataban la ofrenda de Jehová con falta de respeto.


Elí ya era un hombre mayor y los israelitas llevaban las quejas de la mala actitud de sus hijos, y la falta de respeto hacia Jehová que ellos cometían continuamente. Pero Elí no los repredía. La Biblia dice que solo les dijo estas palabras:


1Sam.22:22 Y Elí era muy viejo, y había oído de todo lo que sus hijos seguían haciendo a todo Israel, y que se acostaban con las mujeres que servían a la entrada de la tienda de reunión. 23 Y solía decirles: “¿Por qué siguen haciendo cosas como estas? Pues las cosas que estoy oyendo acerca de ustedes de parte de todo el pueblo son malas. 24 No, hijos míos, porque no es bueno el informe que estoy oyendo, que el pueblo de Jehová está haciendo circular. 25 Si peca un hombre contra un hombre, Dios decidirá como árbitro por él; pero si es contra Jehová contra quien peca un hombre, ¿quién hay que pueda orar por él?”. Pero ellos no escuchaban la voz de su padre, porque a Jehová ahora le agradaba darles muerte. 26 Mientras tanto, el muchacho Samuel iba creciendo y haciéndose más agradable, tanto desde el punto de vista de Jehová como del de los hombres.


Esa falta de Elí provocó la indignación de Jehová. Recuerden que Elí había criticado a Ana sin siquiera saber que ella estaba rogando a Jehová por un hijo y prometiéndole que se lo dedicaría, y él que tuvo dos, no les daba la educación que debía darles como Sumo Sacerdote de Jehová y siendo aquellos por obligación dos que debían estar dando buen ejemplo al resto de Israel, como sacerdotes levíticos que eran. Elí ni siquiera los destituyó del cargo que tenían en el servicio a Jehová, sabiendo todos los pecados que cometían.



La Biblia cuenta que un profeta vino a Elí y le dijo ésto:


1Sam.2:27 Y un hombre de Dios procedió a venir a Elí y a decirle: “Esto es lo que ha dicho Jehová: ‘¿No es un hecho que yo me revelé a la casa de tu antepasado mientras ellos se hallaban en Egipto como esclavos para la casa de Faraón? 28 Y hubo un escogerlo para mí de todas las tribus de Israel, para que hiciera trabajo de sacerdote y subiera sobre mi altar para hacer ascender en espirales el humo de sacrificios, para que llevara un efod delante de mí, para que yo diera a la casa de tu antepasado todas las ofrendas de los hijos de Israel hechas por fuego. 29 ¿Por qué siguen ustedes pateando mi sacrificio y mi ofrenda que yo he mandado [hacer en mi] morada, y tú sigues honrando a tus hijos más que a mí, engordándose ustedes de lo mejor de toda ofrenda de Israel mi pueblo?
30 ”’Por eso la expresión de Jehová el Dios de Israel es: “De veras dije yo: En cuanto a tu casa y la casa de tu antepasado, andarán delante de mí hasta tiempo indefinido”. Pero ahora la expresión de Jehová es: “Es inconcebible, por mi parte, porque a los que me honran honraré, y los que me desprecian serán de poca monta”. 31 ¡Mira! Vienen días en que ciertamente cortaré tu brazo y el brazo de la casa de tu antepasado, de modo que no llegue a haber viejo en tu casa. 32 Y realmente mirarás a un adversario [en mi] morada, en medio de todo el bien que se hace a Israel; y nunca llegará a haber un viejo en tu casa. 33 Y, sin embargo, hay un hombre tuyo que no cortaré de estar junto a mi altar para hacer fallar tus ojos y causar languidez a tu alma; pero, en su mayoría, todos los de tu casa morirán por la espada de los hombres. 34 Y esta es para ti la señal que les vendrá a tus dos hijos, Hofní y Finehás: En un mismo día ambos morirán. 35 Y yo ciertamente levantaré para mí un sacerdote fiel. En armonía con lo que está en mi corazón y en mi alma obrará él; y ciertamente le edificaré una casa duradera, y él ciertamente andará delante de mi ungido siempre. 36 Y tiene que suceder que cualquiera que quede en tu casa vendrá y se inclinará ante él por el pago de dinero y un pan redondo, y ciertamente dirá: “Agrégame, por favor, a uno de los oficios sacerdotales para comer un pedazo de pan”’”.


Luego Jehová corroboró su juicio contra la familia de Elí por medio del propio Samuel, que aun era un muchacho:


1Sam.3:15 Y Samuel continuó acostado hasta la mañana. Entonces abrió las puertas de la casa de Jehová. Y Samuel tenía miedo de informar a Elí del aparecimiento. 16 Pero Elí llamó a Samuel y dijo: “¡Samuel, hijo mío!”. Ante esto, él dijo: “Aquí estoy”. 17 Y él pasó a decir: “¿Qué es la palabra que te ha hablado? Por favor, no la escondas de mí. Que Dios te haga así y añada así a ello si escondes de mí una palabra de toda la palabra que te ha hablado”. 18 De modo que Samuel le refirió todas las palabras, y no le escondió nada. Ante eso, él dijo: “Es Jehová. Lo que sea bueno a sus ojos, que lo haga”.


Al poco tiempo Israel tuvo que enfrentar un ataque de los filisteos. Para acortar la historia: el arca de Jehová llegó a ser llevada como botín por los filisteos a su tierra, y ambos hijos de Elí murieron, en el mismo día. Cuando Elí, que era ciego por la vejez y tenía 98 años, se enteró de que el arca había sido tomada, cayó para atrás en la silla donde estaba sentado y murió desnucado.


Con el tiempo, cuando Saúl llegó a ser rey de Israel, en una persecución que estaba haciendo a David vino al lugar donde estaban algunos sacerdotes levitas que habían protegido a David ... y los mató, huyendo solo uno. Todos eran de la línea familiar de Elí. El que escapó, más tarde durante el reinado de Salomón fue destituído de su cargo de sacerdote y se comenzó a tomar al Sumo Sacerdote de otra línea familiar diferente, aunque también levita. De esa forma castigó Jehová a Elí por su permisividad ... pues había puesto el amor a sus hijos por encima de su amor por Jehová ... como había dicho Jehová por Samuel:


1Sam.3:13 Y tienes que informarle que estoy juzgando su casa hasta tiempo indefinido por el error del cual él ha sabido, porque sus hijos están invocando el mal contra Dios, y él no los ha reprendido. 14 Y por eso he jurado a la casa de Elí que el error de la casa de Elí no será llevado a exención de castigo por sacrificio ni por ofrenda, hasta tiempo indefinido”.



Este relato es muy instructivo, porque nos enseña que debemos poner el reino de Dios y su justicia en primer lugar, por encima de todo.