No todo el mundo desea que existan principios que limiten su forma de pensar y actuar. Por eso la expresión "siervos de Dios" en la Biblia, para esas personas carece del sentido real que tiene: someterse a los consejos que Dios nos dá y a lo que quiere para nosotros. Ese sometimiento no se basa en una explotación que Dios quiera ejercer sobre nosotros, sino en una confianza plena de nuestra parte (los que queremos servirle) de que como Creador nuestro, es fiel (digno de confianza plena) y cuando nos dice que hagamos las cosas de cierta forma, es porque quiere que nos beneficiemos de su consejo:

Is.48:17 Esto es lo que ha dicho Jehová, tu Recomprador, el Santo de Israel: “Yo, Jehová, soy tu Dios, Aquel que te enseña para que te beneficies a ti mismo, Aquel que te hace pisar en el camino en que debes andar. 18 ¡Oh, si realmente prestaras atención a mis mandamientos! Entonces tu paz llegaría a ser justamente como un río, y tu justicia como las olas del mar. 19 Y tu prole llegaría a ser justamente como la arena, y los descendientes de tus entrañas como los granos de ella. El nombre de uno no sería cortado, ni sería aniquilado de delante de mí”.