Los cristianos no están bajo el pacto de la Ley
que Dios hizo con Israel,
de modo que no están obligados
a donar una cantidad fija.

Sin embargo,
en el ámbito de la congregación cristiana verdadera,
dar con generosidad produce mucha satisfacción.
El propio Jesús declaró:
“Hay más felicidad en dar que en recibir” (Hechos 20:35)

La obra de predicación se sostiene
Mediante contribuciones voluntarias,
como sucedió en el caso
de los cristianos primitivos (2 Cor. 8:12; 9:7).

Los testigos de Jehova Jamás se hacen colectas
en sus reuniones; no le piden dinero al público.

no se hacen rifas, ni laban carros para recaudar dinero.

A los Testigos no se les paga
por ir de casa en casa
ni por ofrecer literatura bíblica en las calles.

El amor a Dios y a su prójimo
los mueve a hablar acerca de las provisiones
amorosas de Dios para la humanidad.

Los ancianos de las congregaciones que llevan la delantera
no es una sola persona como el pastor de la iglesia
es un cuerpo o grupo de hombres que organizan
la obra.

Estos hombres trabajan secularmente
y no reciben un salario por ser ancianos en la congregacion