...

¿SALARIOS IGUALES PARA HOMBRES Y MUJERES?, ¡QUÉ LOCURA!...

Cómo van a cobrar por sus trabajos igual las mujeres que los hombres, si entre los mismos hombres hay una desigualdad tan terrible en sus salarios que es alucinante...

Las mujeres deben cobrar igual que los hombres cuando se llegue a la justicia social donde hombres y hombres cobren todos igual, pues vano es buscar el bienestar de las mujeres si no se empieza a buscar el bienestar de todos los hombres.


Mientras que no se igualen los salarios entre los hombres, difícilmente se van a igualar los salarios entre hombres y mujeres..., pues mientras unos hombres cobran salarios de miseria haciendo duros trabajos, otros, en cambio, apoyados por sus parientes ricos, dominan en la sociedad, en las empresas y en los gobiernos cobrando sueldos escandalosos.

EL MUNDO CAPITALISTA

En este mundo capitalista unos cobran mucho trabajando poco y otros cobran sueldos de miseria trabajando como esclavos.

Los que cobran mucho, cuando se jubilan cobran 2000 y 3000 euros. Y si son directores de empresa, banqueros o jefes del gobierno, cobran decenas de miles y hasta millones..., mientras que los pobres obreros, si es que han cotizado lo mínimo estipulado, en su mayoría cobran solamente 600 euros al mes, y de esas pensiones de los abuelos a veces tienen que comer sus hijos y sus nietos que se encuentran sin trabajo.

¿Y qué diremos de los que no han encontrado trabajo y no han cotizado lo suficiente?... Estas familias se tienen que conformar con 300 o 400 euros al mes y con estas pensiones no les llega ni para comer. Y si encima tienen que pagar un piso o una casa donde poder vivir, con estas mínimas pensiones no les llega ni para poder vivir.

Con estos sistemas capitalistas tan salvajes, las grandes ciudades se llenan de barrios de chavolas sin las mínimas facilidades para tener el agua y la luz necesarias en la familia. ¿Es así como vivieron los primeros cristianos?...

CÓMO VIVIERON LOS PRIMEROS CRISTIANOS

Los primeros cristianos vivieron como Jesucristo les había mandado, vendiendo sus propiedades y repartiendo a cada uno según su necesidad. Todo lo tenían en común y a nada llamaban propio. Un ejemplo de esta forma de vida tan piadosa lo encontramos en el libro de los Hechos de los apóstoles, que así nos dice:

"Y perseveraban en la doctrina de los apóstoles, en la comunión unos con otros, en el partimiento del pan y en las oraciones. Y sobrevino temor a toda persona; y muchas maravillas y señales eran hechas por los apóstoles. Todos los que habían creído estaban juntos, y tenían en común todas las cosas; y vendían sus propiedades y sus bienes, y lo repartían a todos según la necesidad de cada uno. Y perseverando unánimes cada día en el templo, y partiendo el pan en las casas, comían juntos con alegría y sencillez de corazón, alabando a Dios, y teniendo favor con todo el pueblo. Y el Señor añadía cada día a la iglesia los que habían de ser salvos". (Hechos 2:42-47).

"Y la multitud de los que habían creído era de un corazón y un alma; y ninguno decía ser suyo propio nada de lo que poseía, sino que tenían todas las cosas en común. Y con gran poder los apóstoles daban testimonio de la resurrección del Señor Jesús, y abundante gracia era sobre todos ellos. Así que no había entre ellos ningún necesitado; porque todos los que poseían heredades o casas, las vendían, y traían el precio de lo vendido, y lo ponían a los pies de los apóstoles; y se repartía a cada uno según su necesidad. Entonces José, a quien los apóstoles pusieron por sobrenombre Bernabé (que traducido es, Hijo de consolación), levita, natural de Chipre, como tenía una heredad, la vendió y trajo el precio y lo puso a los pies de los apóstoles". (Hechos 4:32-37)


Así es como habían mandado vivir Jesucristo y los apóstoles (la comunidad de bienes de los primeros cristianos). Pero los hombres rebeldes y codiciosos, como siempre, inventaron religiones diferentes y gobiernos del mundo para justificar la codicia de los señores de la guerra que se hacían dueños de tierras, vidas y haciendas.

Los hombres codiciosos son insaciables de poder y de riquezas. Y muchos son los pobres que se han acostumbrado a esta forma de vida tan injusta y tan alejada de la igualdad que deberían vivir todos los hombres.

Quedáis invitados a responder con vuestras opiniones.