Antón de Alaminos, nuestro piloto es hombre avezado en cuestiones de la mar. Siendo niño de doce años se embarca como grumete con el Almirante de la Mar Océana, D. Cristóbal Colón. De la mano de tan Ilustre Señor al que acompaña en su tercero y cuarto viaje va forjándose en el oficio. Tal capacidad adquiere que figura en la historia naval de España, como el primer hombre de baja extracción social, que en este nuestro siglo XVl alcanza la dignidad de Capitán General. Algo influyó también en su destino, que en tal aventura le acompañase el también niño, Hernando de Colón.
Sea como fuere, en el año 1513 es nauta consumado. Forma parte de la expedición que realiza Juan Ponce de León, como piloto del navío San Cristóbal, que navega hacia el Sur a lo largo de las costas orientales de la Florida. Juan Pérez de Ortubia, es el maestre. Sopla el viento débil en popa y Antón de Alaminos observa que la embarcación retrocede en lugar de avanzar. La teoría que sostiene Andrés Morales acerca de las corrientes del golfo es ratificada. La solución está en bordear Florida dirección Oeste. O lo que es igual : volver sobre el recorrido para capear las fuertes corrientes. Ha nacido lo que se dará en llamar en adelante la “Ruta de Vuelta” de tan vital importancia. Así se descubre la salida al Océano por el paso de las Bahamas ¿Guarda importancia entonces el que Antón de Alaminos se dedicase al saqueo (¿Trata de esclavos?) de las islas cercanas a Puerto Rico antes de entrar al servicio del gobernador de Cuba, Diego Velázquez, en el año 1517?
Solo por que los libros de Historia lo narrarán más tarde y en nada afecta a la promesa de guardar silencio lo diré: Alaminos fue el piloto que llevó el tesoro de Moctezuma ll al emperador Carlos l de España. Fue por orden de Hernán Cortez, que deseaba reconciliarse con su señor. En realidad, tan solo era una pequeña parte de lo que había sido. Las riquezas que Alfonso Yañez (El carpintero Blanco”) encontró al derribar la puerta tapiada en una de las habitaciones del palacio de Axayácatl eran mayores. Los episodios de la “Noche Triste” y el ansia de riqueza de Cortez y sus gentes mermo la cuantía que se perdió en la huida. LO que se pudo recuperar tras la batalla de Otumba era lo que se enviaba a España.
LO que se pudo rescatar del tesoro azteca fue embarcado en tres carabelas. Partieron desde el puerto de San Juan de Ulúa en 1522 en beneficio de la Corona. Enterado el corsario francés, Fleury reúne una flota de seis barcos. Tres de ellos con más de cien toneladas. DE forma solapada persigue a la presa hasta las proximidades del cabo S. Vicente, en la costa gallega. Allí ataca a los españoles y se alza con el botín. Solo se salva la nave de Martín Cantón. Que no presenta batalla y se oculta en la próxima isla de Santa María esperando la ayuda que ha de llegar desde Sevilla. Una parte del tesoro pasa a las arcas reales francesas ¡Lo acordado en las leyes de la Piratería!
El viaje se va haciendo pesado por lo monótono. En realidad (creo haberlo dicho antes) es una continuación del que antes hiciera Hernández de Córdoba. El gobernador Diego Velázquez piensa que se puede obtener mas riquezas. Hoy, día 3 de mayo de 1518, festividad de la Santa Cruz se oye al fin el esperado grito: ¡Tierra a la vista!