Jamás comprenderás la inmensidad de La Nada.
¿Viene a cuento?
No se debe leer el evangelio por leer. Siempre cabe la posibilidad de que nos surja alguna pregunta.
Y toda pregunta es lícita y buena.
Sabemos que Jesús resucitó a tres personas:
Lázaro.
La hija de Jairo.
El hijo de la viuda de Naim.
Lo hemos leído muchas veces, y todo nos parece normal.
-¿Os habéis preguntado alguna vez qué fue de esas personas?
-¿Cuál fue su vida después de resucitar?
-¿Fueron igual, mejor o peor que antes?
-¿Les agobiaban sus amigos y familiares con preguntas? ¿Qué viste en el otro mundo?
-¿Volvieron a morir?
-¿La resurrección no les dejó inmunes ante la muerte?
Nos cuentan cosas, y pasamos como zombies sobre ellas.
Quizá seamos zombies.
También sabemos que Adán fue un muñeco de barro que le dio por comer manzanas.Sabemos que Jesús resucitó a tres personas:
Lázaro.
La hija de Jairo.
El hijo de la viuda de Naim.
Lo hemos leído muchas veces, y todo nos parece normal.
Nos lo han contado desde pequeños, y también nos parece normal.
Jamás comprenderás la inmensidad de La Nada.