Hay un tiempo para todo asunto y respecto a toda obra (Ecl. 3:17).

Cuando tomamos decisiones sobre la ropa, los siervos de Dios tenemos en cuenta las palabras del texto de hoy. Es evidente que el clima o la estación del año influyen en lo que nos ponemos. Y también nuestras circunstancias personales. Sin embargo, las normas de Jehová no dependen del tiempo que hace (Mal. 3:6). En los climas cálidos, puede ser especialmente difícil vestir de manera decente, cómoda y que refleje buen juicio. Por ello, los hermanos aprecian que evitemos prendas muy ajustadas o tan holgadas o flojas que enseñen demasiado (Job 31:1). Y, si vamos a la playa o a la piscina, no olvidemos que el traje de baño debe ser modesto (Prov. 11:2, 20). No importa que mucha gente lleve un traje de baño atrevido. Los siervos de Jehová queremos dejar en buen lugar al Dios santo que tanto amamos.


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