Mostraré una actitud de espera (Miq. 7:7).

Jehová siempre apoya a sus siervos fieles, aunque a veces permite que esperemos un tiempo hasta recibir un privilegio o hasta que nuestras circunstancias mejoren. Por ejemplo, al patriarca Abrahán le prometió un hijo, pero este tuvo que ejercer fe y tener paciencia (Heb. 6:12-15). Pasaron años antes de que naciera Isaac, pero Abrahán esperó sin desanimarse, y Jehová no lo decepcionó (Gén. 15:3, 4; 21:5). Esperar no es fácil (Prov. 13:12). Si no dejamos de pensar en las cosas que no han salido como deseábamos, acabaremos muy desanimados. Es más sensato aprovechar el tiempo para mejorar en sentido espiritual. Leer y meditar en la Palabra de Dios nos ayuda a adquirir sabiduría, perspicacia, juicio sano, conocimiento y capacidad de pensar. Todos los días tenemos que tomar decisiones sobre las diversiones, el arreglo personal, el dinero y las relaciones con los demás. A Jehová le agradará lo que decidamos si ponemos en práctica lo que hemos aprendido en la Biblia