Tus recordatorios me son de interés intenso (Sal. 119:99).

Para beneficiarnos de las leyes divinas,
tenemos que llegar a amarlas y respetarlas (Amós 5:15).
Una clave para lograrlo es aprender a ver las cosas como las ve Jehová.
Supongamos que llevamos una temporada
durmiendo mal. Entonces, nuestro médico
nos manda seguir una dieta, hacer ejercicio y
cambiar algunos hábitos. Si vemos que nuestra
vida mejora cuando hacemos todo lo que nos manda,
¿verdad que valoraremos mucho a ese médico y sus consejos?
De modo similar, nuestro Creador nos ha dado leyes
que nos protegen de las consecuencias del pecado
y mejoran nuestra vida. Por ejemplo, pensemos en
cuánto nos beneficia obedecer lo que dice la Biblia sobre
la mentira, el engaño, el robo, la inmoralidad sexual,
la violencia y el ocultismo (Prov. 6:16-19; Rev. 21:8).
Cuando vemos los grandes beneficios de obedecer a Jehová,
crece el amor y el aprecio que sentimos por él y sus normas.