El jardín es mío, pero lo acompaño con un pensamiento de una amiga que me ha parecido conmovedor y de una profunda espiritualidad, tanta que me ha hecho mirar a mi humilde jardín de una manera distinta, como si lo viera por primera vez, les pido que lo lean, es realmente hermoso.


“Creo sinceramente que todos tenemos un "jardín secreto", aunque muchos ni lo saben...

Me explicaré un poco mejor:

Cuando la vida se torna difícil de llevar, cuando hay momentos nefastos, tristes, desagradables... muchos no tienen jardines físicos, palpables, reales. Y durante esos momentos malos, se evaden y se dejan transportar mentalmente a "ese jardín secreto", aquel lugar en donde nadie ni nada te puede dañar.


Empiezas visualizándolo y acabas sintiendo y oliendo su atmósfera, oyendo sus ruidos, etc... y como está todo a tu gusto, te quedas "allí" un ratito hasta que el mundo vuelve a ser más llevadero.

Esos jardines secretos han ayudado a muchos.

Y luego están los "palacios de la memoria" que se les parecen en su base, pero no en su contexto, pues todos los detalles conocidos están en la memoria de cada uno y es parte de lo vivido. No obstante, muchas personas lo usan como base para construir sus jardines secretos.


Jardines en los que puedes albergar incluso a gente querida que ya no está.


Y entonces, creo que no se puede estar más cerca de Dios, me refiero a que es lo más parecido a lo que llamamos felicidad, cosa que no existe si no te paras un ratito... en tu propio jardín secreto.”


Gracias amiga mía, voy a guardar, y atesorar, estas líneas de manera muy especial…