Benito Juárez, como he indicado anteriormente desempeñó papel principal en la redacción constitucional de 1857. Redacto las radicales Leyes de Reforma que hicieron posible la separación de la Iglesia y el Estado. Nacionalizó propiedades de la Iglesia y declaró matrimonios, nacimientos y fallecimientos sujetos en su legislación al Estado. Venustiano Carranza tiene por norte su movimiento revolucionario la Constitución de 1857.
En un principio, Carranza se levanta contra el porfirismo por hacer respetar los ideales que en su día propugnó Ignacio Comonfort, más tarde la evolución de los acontecimientos históricos derivara en la promulgación de la Constitución de 1917. La antigua e hipertrofiada Constitución de 1857 en su artículo 59 adoptaba un presidencialismo al etilo yanqui y ejercía un parlamentarismo tipo europeo. Era un Ejecutivo federal sin veto y el Legislativo era unicameral, al carecer de Senado. Los secretarios o ministros estaban sujetos a comparecer ante el Congreso General. En lo que se refiere al poder Judicial existían deficiencias. Hoy día, el articulo 49 de la Constitución en vigor de 1917 viene a enmendar los fallos en la que está inspirada. Hay que tener en cuenta además las enmiendas constitucionales sufridas, como fue la del año 2006.
Fuera de la cuestión religiosa y lo que el tema supone en la educación escolar, la Constitución de 1917, como también apunte en aporte anterior aporta la novedad de introducir artículos dedicados al mundo laboral. Coincide con el nacimiento de los sindicatos, la Primera Guerra Mundial y el nacimiento del Soviet en Rusia. Mas cercano esta el tema de Villa y la “invasión” yanqui”. No es pues de extrañar que en el Teatro Iturbide Carranza se refiriera al “problema de la vieja Constitución de 1857”.
Otro tema de vital importancia es la deriva que la Revolución pudiese tener hacia el militarismo tan en boga en la época. Debemos considerar además, la intervención mas o menos velada de los EEUU en México y su vecindad. En un futuro muy cercano revestirá también carácter por la condición militar del Secretario de Guerra, el carrancista y militar Álvaro Obregón, que se sentirá frustrado en sus sueños. Me refiero a la Presidencia. Venustiano Carranza, parece ser que no deseaba le sucediera un militar en el poder.
No recuerdo donde leo que el ministro alemán, Von Eckahardt conspira para que México se una a su bando. Incluso emplea ardides para cifrar los telegramas mexicanos. Como medio de persuasión para atraerse a Carranza emplea el cebo de “reconquistar Tejas, Nuevo México y Arizona” Para ello se dispondría de una guerra submarina a gran escala, en la que incluso se daba la posibilidad de la intervención japonesa. El telegrama en que se le brindaba a Carranza esta posibilidad fue inteceptado por la marina británica. Publicado por la prensa mundial acelero la entrada de los EEUU en la contienda. Problema añadido a los que ya tenia Carranza, pues los yanquis, con o sin razón consideraban a Carranza pro-germanico.
En realidad Carranza, que parece ser si tuvo posición germanófila abandona estas ideas después de la retirada de México, en febrero de 1917 dela Expedición Punitiva estadounidense. Su pensamiento estaba dedicado a las próximas elecciones presidenciales. A estas y de manera algo paradójica, si respetaba la separación de poderes acudía sin abandonar el apelativo de “Primer Jefe”. Fue el principal candidato a la Presidencia. Pocos ciudadanos acudieron a las urnas, mas el caso es que Carranza fue elegido presidente. Aunque Villa y Zapata continuaban luchando, en teoría la Revolución había acabado.
Un personaje, el Secretario de Guerra Álvaro Obregón se retira de la escapa para dedicarse al cultivo de garbanzos , en Sonora ¡Esta desilusionado!