Y ya se lo mencioné a Porque25, pero te lo digo a tí también por si no analizaste el comentario que puse:

cuando Jesús curó al leproso, le dijo que fuera al templo a ofrecer un sacrificio para completar su limpieza con la comprobación del sacerdote en el templo:

Mat.8:1 Después que él hubo bajado de la montaña, grandes muchedumbres le siguieron. 2 Y, ¡mire!, un leproso se acercó y se puso a rendirle homenaje, diciendo: “Señor, si tan solo quieres, puedes limpiarme”. 3 De modo que, extendiendo la mano, le tocó, diciendo: “Quiero. Sé limpio”. E inmediatamente quedó limpio de la lepra. 4 Entonces Jesús le dijo: “Mira que no lo digas a nadie, sino ve, muéstrate al sacerdote, y ofrece la dádiva que Moisés prescribió, para que les sirva de testimonio”.

El relato también está en Marc.1.44 y Luc.5:14. Fíjate que está en los tres evangelios sinópticos, para que nadie dude de su historicidad. Esas leyes están registradas en Lev.14:1-32.

Si Jesús mismo le dijo al leproso que hiciera un sacrificio u ofrenda para terminar su limpieza, cómo es que dicen Uds que las leyes relacionadas con los sacrificios no vinieron de Dios?

Uds son los que están equivocados. Están interpretando mal las palabras que usan. Ya les dije lo que significan esas palabras en comentarios anteriores: los sacrificios no son necesarios cuando se obedece la ley. De las dos cosas, la obediencia es la que agrada a Dios, no el sacrificio.

Si Jesús mismo se dió como sacrificio a Dios, cómo dicen Uds que Dios no acepta sacrificios?

Heb.7:27 Él no tiene que ofrecer sacrificios diariamente, como aquellos sumos sacerdotes, primero por sus propios pecados y luego por los del pueblo (porque esto lo hizo una vez para siempre cuando se ofreció a sí mismo); 28 porque la Ley nombra sumos sacerdotes a hombres que tienen debilidad, pero la palabra del firme juramento que vino después de la Ley [nombra] a un Hijo, que es perfeccionado para siempre.
... 8:1 Ahora bien, en cuanto a las cosas que se consideran, este es el punto principal: Tenemos tal sumo sacerdote, y él se ha sentado a la diestra del trono de la Majestad en los cielos, 2 siervo público del lugar santo y de la tienda verdadera, que Jehová levantó, y no el hombre. 3 Porque todo sumo sacerdote es nombrado para ofrecer tanto dádivas como sacrificios; por lo cual fue necesario que este también tuviera algo que ofrecer.
... 9:11 Sin embargo, cuando Cristo vino como sumo sacerdote de las cosas buenas que han llegado a realizarse, mediante la tienda más grande y más perfecta no hecha de manos, es decir, no de esta creación, 12 él entró —no, no con la sangre de machos cabríos y de torillos, sino con su propia sangre— una vez para siempre en el lugar santo, y obtuvo liberación eterna [para nosotros]. 13 Porque si la sangre de machos cabríos y de toros, y las cenizas de novilla rociadas sobre los que se han contaminado, santifica al grado de limpieza de la carne, 14 ¿cuánto más la sangre del Cristo, que por un espíritu eterno se ofreció a sí mismo sin tacha a Dios, limpiará nuestra conciencia de obras muertas para que rindamos servicio sagrado a[l] Dios vivo?
15 Por eso él es mediador de un nuevo pacto, para que, habiendo ocurrido una muerte para la liberación [de ellos] por rescate de las transgresiones bajo el pacto anterior, los que han sido llamados reciban la promesa de la herencia eterna. 16 Porque donde hay un pacto, es necesario que se suministre la muerte del [humano] que hace el pacto. 17 Porque el pacto es válido sobre [víctimas] muertas, puesto que no está en vigor en ningún tiempo mientras vive el [humano] que ha hecho el pacto. 18 Por consiguiente, ni el [pacto] anterior fue inaugurado sin sangre. 19 Porque cuando Moisés hubo hablado a todo el pueblo todo mandamiento según la Ley, tomó la sangre de los torillos y de los machos cabríos, con agua y lana escarlata e hisopo, y roció el libro mismo y a todo el pueblo, 20 y dijo: “Esta es la sangre del pacto que Dios ha impuesto como encargo a ustedes”. 21 Y de la misma manera roció con la sangre la tienda y todos los vasos del servicio público. 22 Sí, casi todas las cosas son limpiadas con sangre según la Ley, y a menos que se derrame sangre no se efectúa ningún perdón.
23 Por lo tanto, fue necesario que las representaciones típicas de las cosas en los cielos fueran limpiadas por estos medios, pero las mismas cosas celestiales con sacrificios que son mejores que dichos sacrificios. 24 Porque Cristo entró, no en un lugar santo hecho de manos, el cual es copia de la realidad, sino en el cielo mismo, para comparecer ahora delante de la persona de Dios a favor de nosotros. 25 Tampoco es con el fin de que se ofreciera a sí mismo muchas veces, como realmente entra el sumo sacerdote en el lugar santo de año en año con sangre ajena. 26 De otro modo, tendría que sufrir muchas veces desde la fundación del mundo. Mas ahora se ha manifestado una vez para siempre, en la conclusión de los sistemas de cosas, para quitar de en medio el pecado mediante el sacrificio de sí mismo. 27 Y así como está reservado a los hombres morir una vez para siempre, pero después de esto un juicio, 28 así también el Cristo fue ofrecido una vez para siempre para cargar con los pecados de muchos; y la segunda vez que aparece será aparte del pecado y a los que lo están esperando con intenso anhelo para [la] salvación [de ellos].