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DIFICULTADES CON LA “PRUEBA”

¿Por qué alteran algunos libros de texto la escala de los fósiles de una secuencia propuesta?
Arriba a la izquierda: según los libros de texto
Arriba a la derecha: tamaño relativo real


¿Qué hay de los fósiles utilizados para ilustrar la transformación de peces en anfibios y de reptiles en mamíferos? ¿Constituyen una prueba sólida de la evolución en acción? Una mirada más atenta pone al descubierto varias dificultades.
Para empezar, en los libros de texto, el tamaño comparativo de las criaturas colocadas en la secuencia de reptiles a mamíferos es a veces engañoso. En vez de ser de un tamaño similar, como se representan, la realidad es que unas son enormes y otras son pequeñas.


Otro escollo, mucho más serio, es la falta de pruebas de que dichas criaturas están de algún modo emparentadas. Los especímenes de la serie suelen estar separados por espacios que se estiman en millones de años. El zoólogo Henry Gee dice sobre el particular: “Los intervalos de tiempo que hay entre los fósiles son tan enormes que no podemos decir nada definitivo sobre su posible conexión por ascendencia o descendencia”. *34


Aludiendo a los fósiles de peces y anfibios, el biólogo Malcolm S. Gordon señala que constituyen solo una pequeña “muestra, posiblemente muy poco representativa, de la biodiversidad que existía en esos grupos en épocas pasadas”. Y añade: “No tenemos forma de saber hasta qué punto aquellos organismos específicos tuvieron relevancia en sucesos posteriores o qué relación de parentesco les unía”. *35

Bibliografía:
34. Gee, Henry: In Search of Deep Time—Beyond the Fossil Record to a New History of Life, 1999, p. 23.
35. Gordon, Malcolm S.: o. cit., p. 340.