Para que un creyente cristiano que estudie las Escrituras comprenda la realidad sobre el Cristo, tiene que estar muy bien informado sobre la historia de su vida.

La vida de Jesús tuvo tres etapas, dicho a grandes rasgos. La primera es cuando se le dió origen en los cielos mucho antes de que existiera alguna otra cosa en el Universo. En ese tiempo su naturaleza era divina, y convivió con Dios a su lado por mucho tiempo. De hecho, fue el Logos, Jesús-prehumano, el conducto mediante el cual todo lo demás fue creado.

Durante su vida prehumana, el espíritu independiente que fue Jesús (luego), cumplió otras misiones con respecto a la humanidad. Su papel fue representar a Jehová, su Padre, en lo que respecta al pueblo que Dios escogió para su servicio especial en la época precristiana. Jesús adoptó forma humana en varias ocasiones y tuvo contacto con humanos de tú a tú. Se sabe que Jesús fue el ángel que defendió a Israel en sus batallas, y lo protegió mientras fue fiel.

La segunda etapa fue cuando Jesús nació como humano. Ahora su misión era totalmente diferente. No se realizó el hecho de que una nación especial en medio de una humanidad apartada de Dios fuera la representación de Dios en la tierra. El pacto de la ley no pudo lograr que los sacrificios santificaran a hombres imperfectos que tenían que ofrecer continuamente por sus pecados. Así que fue necesario un sacrificio mayor. Jesús fue la opción sacrificial más efectiva para lograr la reunión de una nación especial para Dios, y ahora la tierra entera y no solo una nación iba a beneficiarse de ese sacrificio. Jesús tuvo que nacer como humano y vivir en carne propia las dificultades y limitaciones naturales de los seres a los que estaba decidido a reconciliar con su Padre. En ese estado humano tuvo que morir como si hubiera sido un violador de la ley humana, aun sin haber cometido nnguna violación. Fue un tiempo de humillación para él; sin honra ni gloria.

Su tercera etapa fue después de haber sido resucitado por Dios. Entonces fue presentado una vez más en el cielo, con una condición que era en algo diferente de su condición prehumana. Ahora tenía en su "vida" las huellas de un ser humano que tuvo que vivir cerca de 33 años en este mundo nuestro, y en cuya vida tuvo que probar en carne propia literalmente todo lo que nos puede agobiar. Ahora podía juzgar con justicia a personas de carne y huesos, conocer de nuestras necesidades y reinar sobre nosotros de acuerdo a conocimiento. Aquí probó Jesús que era obediente bajo prueba, y su Padre aprobó todo su sacrificio y le premió con un nombre superior a todo otro nombre.

Las tres etapas de Jesús son tres partes de su vida que se conectan en una sola persona: el Hijo de Dios. Su Padre, a quien también llama como su Dios, es el Dios que él enseñó a todos sus seguidores. Siempre habló de Él, y mostró durante toda su vida, que no hay alguna cosa que haga que no sea para agradar a su Padre. Por el beneficio de la glorificación del nombre de Dios hizo todo su sacrificio y ahora está a la diestra de Dios abogando por sus verdaderos seguidores, y por sus hermanos, que constituirán esa nación que pudo haber sido el Israel terrenal, una nación que lo rechazó de plano cuando vino a tratar de acercarlos a este propósito de Dios de tener un pueblo dedicado especialmente a Él de entre los humanos.