NI SE CASAN NI SE DAN EN MATRIMONIO los dignos del reino de Dios......

Los cristianos pueden vivir unidos y hacer una familia según les permiten las leyes de los pueblos civilizados... Pero los matrimonios de esclavitud y de penas de muerte para las mujeres acusadas de adulterio que hacían los judíos y otras religiones judaizantes, fueron abolidos por Jesucristo...

Jesucristo que es Dios, no quería aquellos matrimonios donde las mujeres acusadas de adulterio eran matadas a pedradas... Y Jesús dijo a los judíos, que los que son dignos del reino de Dios: NI SE CASAN NI SE DAN EN MATRIMONIO:

"Entonces respondiendo Jesús, les dijo: Los hijos de este siglo se casan, y se dan en casamiento; mas los que fueren tenidos por dignos de alcanzar aquel siglo y la resurrección de entre los muertos, ni se casan, ni se dan en casamiento. Porque no pueden ya más morir, pues son iguales a los ángeles, y son hijos de Dios, al ser hijos de la resurrección".(Lucas 20:34-36)

Este texto nos habla de que los que sean tenidos por dignos de alcanzar aquel siglo: "ni se casan ni se dan en matrimonio", te lo dice en presente...

Los que son dignos de alcanzar aquel siglo es porque aún están en este mundo, pues la escritura no dice que los que alcancen aquel siglo no se casarán, sino que los que son dignos de alcanzar aquel siglo (los que aún están en este mundo y son dignos de alcanzar aquel siglo) no se casan ni se dan en casamiento. Te pongo el texto para que lo examines:

"Entonces respondiendo Jesús, les dijo: Los hijos de este siglo se casan, y se dan en casamiento; mas los que fueren tenidos por dignos de alcanzar aquel siglo] y la resurrección de entre los muertos, ni se casan, ni se dan en casamiento". (Lucas 20:35...)

Como puedes ver el mandamiento es ya desde el presente: "
ni se casan, ni se dan en casamiento", para los que quieran ser dignos de alcanzar el reino de Dios...

Ahora bien, ¿quiénes son los resucitados?... Los que son fieles a Jesucristo, estos son los resucitados ya desde esta vida..., porque son hijos de Dios y también hijos de la resurrección como te dice el Evangelio:


"porque como ángeles son, e hijos son de Dios siendo hijos de la resurrección". (Lucas 20:34-36)

Y Pablo llama a los cristianos los resucitados en Cristo:

"Si, pues,
habéis resucitado con Cristo, buscad las cosas de arriba, donde está Cristo sentado a la diestra de Dios. Poned la mira en las cosas de arriba, no en las de la tierra". (Colosenses 3:1-2)

Como vemos, aquí también dice el texto que los resucitados ya en este mundo deben poner la mira en las cosas de arriba. Entonces, quiere decir que aún no están arriba (en el cielo). Y también dice que no pongamos la mira en las cosas de la tierra porque aún estamos en la tierra.

Por eso, también dice la escritura que, aunque estamos en este mundo, ya no somos de este mundo:

"Si fuerais del mundo, el mundo amaría lo suyo; pero porque no sois del mundo, antes yo os elegí del mundo, por eso el mundo os aborrece". (Juan 15:19...)

Cuando estábamos muertos en nuestros pecados (errores), Jesucristo nos resucitó y nos dio vida con Él:

"sepultados con él en el bautismo, en el cual fuisteis también resucitados con él, mediante la fe en el poder de Dios que le levantó de los muertos. Y a vosotros, estando muertos en pecados y en la incircuncisión de vuestra carne, os dio vida juntamente con él, perdonándoos todos los pecados" (Colosenses 2:12-13)

Los judíos antiguos, igual que muchos judaizantes de estos siglos, miraban a las mujeres hermosas y las codiciaban para tenerlas de su propiedad (como esclavas y amenazadas de muerte).

Pero el Señor dijo que aquellos que miran a las mujeres para codiciarlas (tenerlas como su propiedad, de esclavas) con supuestos contratos de matrimonios judíos, judaizantes o mahometanos, ya adulteraron contra Dios en su corazón, porque Dios nos hizo a todos libres y nadie debe poseer a las personas ni tenerlas amenazadas de muerte. Todo aquello lo dejó abolido el Señor cuando así dijo:

"Oísteis que fue dicho: No cometerás adulterio. Pero yo os digo que cualquiera que mira a una mujer para
codiciarla, ya adulteró con ella en su corazón" (Mateo 5:27-28.).

Aquellos judíos, y después otras religiones judaizantes como los mahometanos, tenían a las mujeres como esclavas de su propiedad con contratos de matrimonios que sólo eran invento de los hombres, para que cayeran en la trampa de muerte las palomas inocentes.

Pero Jesucristo, apiadado de las mujeres indefensas, acabó con aquellas leyes de matrimonios donde las mujeres podían ser apedreadas hasta morir. Jesucristo quitó toda autoridad a los hombres para matar a las personas, pues así les dijo a aquellos judíos para todos los judaizantes de todos los tiempos:

"El que de vosotros esté sin pecado sea el primero en arrojar la piedra contra ella. E inclinándose de nuevo hacia el suelo, siguió escribiendo en tierra. Pero ellos, al oír esto, acusados por su conciencia, salían uno a uno, comenzando desde los más viejos hasta los postreros; y quedó solo Jesús, y la mujer que estaba en medio.(1-11).

Jesucristo acabó con las penas de muerte y con aquellas leyes de matrimonios judaizantes donde las mujeres podían ser matadas a pedradas o asesinadas por sus maridos. Jesucristo, lleno de misericordia por las personas condenadas a muerte, así le dijo a aquella mujer:

"Enderezándose Jesús, y no viendo a nadie sino a la mujer, le dijo: Mujer, ¿dónde están los que te acusaban? ¿Ninguno te condenó? Ella dijo: Ninguno, Señor. Entonces Jesús le dijo: Ni yo te condeno; vete, y no peques más" (Juan 8

¡Qué gran alegría vivió aquella mujer cuando vio que Jesucristo, con la autoridad de su palabra, había quitado toda la autoridad a los hombres duros de corazón que querían matarla a pedradas!...

Pero desde el cielo viene un lamento grande que nos hace preguntarnos: ¿Por qué después de estas enseñanzas de Jesucristo
, los hombres pecadores siguieron matando a las mujeres o a otros hombres?...

Todos los que impusieron penas de muerte y mataron a las personas, desobedecieron el mandamiento de Jesucristo.

Las personas son libres y están llamadas a vivir con misericordia, porque Jesucristo así les manda:

"Si hubierais comprendido lo que quiere decir: "Misericordia quiero y no sacrificios", no condenaríais a los inocentes". (Mateo 12:7).

Los sacrificios, y muy especialmente los sacrificios humanos (matar a las personas) son cosas abominables ante los ojos de Dios...
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