Chat

Chatea gratis con amigos de todo el Mundo

Página 21 de 27 PrimeroPrimero ... 111920212223 ... ÚltimoÚltimo
Mostrando resultados del 201 al 210 de 267

Tema: Pseudoveltíosis natanatórica.

  1. #201
    Fecha de Ingreso
    01-noviembre-2016
    Mensajes
    748

    Predeterminado

    [Pseudoveltíosis natanatórica, comentario 196]
    Flavio Silva, emulando a Tito en Jerusalén, ordenó construir una “circunvallatio” con el objetivo de bloquear la fortaleza de Masada y prevenir posibles fugas. Para ello, los romanos levantaron 8 campamentos: 2 principales y 6 auxiliares. Uno de los campamentos estaba dedicado a funciones administrativas, otro a dirigir las operaciones de asedio, los dos principales servirían de cobijo a la legión X (Fretensis) y el resto de los campamentos estaban destinados a las cohortes auxiliares y a las alae de caballería, cuyas funciones básicas eran protegerse los unos a los otros, vigilar las posibles vías de escape de los rebeldes y apoyar a los 2 grandes campamentos principales para protegerlos de posibles escaramuzas de los sitiados. Levantados básicamente de piedra, que era cortada directamente de la roca de los acantilados, pues escaseaba la madera, fueron unidos entre sí mediante un muro, salvo en las partes donde había alguna barrera natural, con 14 torres intercaladas a intervalos de 75 a 100 metros, lo que hizo un total de 3'5 kilómetros de circunvalación, que pudo haber sido levantada en unos 10 días. Tras la finalización de los trabajos, Flavio Silva decidió que la única vía de asalto era la del camino situado al oeste, bajo la torre, donde había un promontorio que venía a quedar a unos 150 metros del nivel de la meseta y era conocido como el “espolón blanco”. Desde este punto, se comenzó la construcción de una rampa de asedio, de unos 100 metros de ancho en la base, que pronto alcanzó una altura también de unos 100 metros, aunque todavía insuficientes para alcanzar la meseta. Entremedias, los romanos recibían ataques desde el interior de Masada, pero no realizaban escaramuzas debido al escaso número de defensores, ya que si fallaban podrían ser prácticamente exterminados, y porque también en la realización de la rampa trabajaban prisioneros judíos, lo cual impedía moralmente a los sitiados atacar a los suyos. Muchas semanas después, la rampa estaba casi finalizada, con una pendiente de más del 30% de desnivel, lo que dificultaba la labor de subir maquinaria de asedio, y además seguía estando por debajo del nivel, problema que se salvó con la construcción de una plataforma de roca de una anchura de 25 metros por otros tantos de altura, a utilizar como sólido apoyo para la una torre de asedio de 30 metros de altura revestida de hierro, al objeto de protegerse del fuego y de los proyectiles de los sitiados. En el interior de la torre de asedio se acomodaría un ariete, en el piso inferior de la misma, mientras que la parte alta estaría ocupada por las balistas y los escorpiones.

  2. #202
    Fecha de Ingreso
    01-noviembre-2016
    Mensajes
    748

    Predeterminado

    [Pseudoveltíosis natanatórica, comentario 197]
    En abril del año 73 o 74, antes del verano, que Flavio Silva quería evitar a toda costa por las duras condiciones climatológicas de aridez y sequía, estaba por fin todo listo. Los romanos subieron la torre por la rampa hasta la base de la muralla enemiga, donde empezó a trabajar el ariete a la vez que la artillería de la torre despejaba las almenas de defensores. Al poco tiempo, el ariete consiguió abrir una brecha en el muro, pero cuando los romanos se dispusieron a entrar, descubrieron que los rebeldes sicarios habían levantado una muralla de emergencia compuesta de tierra y madera principalmente, en donde el ariete no podía realizar su trabajo ya que los golpes eran amortiguados por la arena, que además se prensaba y daba cohesión al muro. Entonces, el legado, ordenó lanzar proyectiles incendiarios consiguiendo que el muro de emergencia comenzase a arder, pero, en un momento dado, un fuerte viento del este estuvo a punto de empujar el fuego provocado por los romanos hacia su propia torre de asalto, aunque finalmente, e inesperadamente, el viento cambió y volvió a soplar en la dirección opuesta y original, hacia el oeste, es decir, contra el muro, el cual terminó reducido a cenizas. Esto fue interpretado, tanto por romanos como por sicarios, como una señal divina a favor de los atacantes, aumentando la moral de los romanos y deprimiendo la de los segundos, quienes imaginaban que Dios les había abandonado por sus múltiples pecados. Entonces, los romanos se retiraron para dar el asalto definitivo al día siguiente, mientras que los sicarios esa noche se reunieron para decidir por sus vidas. Exhortados por la elocuencia de Eleazar ben Yair, finalmente deciden suicidarse antes que caer en manos romanas y ser reservados para los juegos de gladiadores, sus hijos esclavizados y sus mujeres violadas. Por lo tanto, quemaron en una gran pira sus objetos de valor y, dejando las provisiones intactas para atestiguar que la razón de sus muertes no era por hambre sino por evadir la esclavitud, se inmolaron colectivamente. A la mañana siguiente, cuando los romanos entraron en la fortaleza, el espectáculo era dantesco, pues todos los habitantes de Masada estaban muertos a excepción de 2 mujeres y 5 niños, que se habían escondido y refugiado para huir de la matanza; y éstos fueron los que relataron a los romanos lo sucedido durante la noche. Con la toma de Masada, se concluyó formalmente la Gran Rebelión Judía. Según Josefo, la entrada de los romanos en dicha fortaleza ocurrió el día 15 de abril del año 73, aunque otras fuentes la ubican en el año 74.
    Última edición por Etic; 04-oct.-2017 a las 09:06

  3. #203
    Fecha de Ingreso
    01-noviembre-2016
    Mensajes
    748

    Predeterminado

    [Pseudoveltíosis natanatórica, comentario 198]
    La huida a Pela (o Pella) de los judeocristianos (es decir, de los cristianos de raza judía) de Jerusalén durante el ocaso del año 66 de nuestra era, cuando se produjo el fallido ataque romano comandado por Cestio Galo como respuesta a la gran revuelta judía de mediados de ese mismo año, es una creencia que se basa en una tradición bien atestiguada por Eusebio de Cesarea (quien, a su vez, hace referencia a fuentes más tempranas, a saber, Aristón de Pela o, más probablemente, Hegesipo de Jerusalén), Epifanio de Salamina (que menciona sus propias fuentes de información), Teodoreto de Ciro y Alejandro de Chipre. Eusebio (263-339) afirma: “También el pueblo de la iglesia de Jerusalén (se sobreentiende: Los cristianos primitivos de Jerusalén), por seguir un oráculo (se sobreentiende: Una predicción profética) remitido por revelación a los notables del lugar (se sobreentiende: A los cristianos experimentados que dirigían la evangelización en Jerusalén), recibieron la orden de cambiar de ciudad antes de la guerra (se sobreentiende: Antes del ataque de Cestio Galo a Jerusalén en el año 66) y habitar cierta ciudad de Perea que recibe el nombre de Pela” (Historia Eclesiástica III 5,3). Epifanio (315-403), comentando acerca de una hipotética desviación temprana del cristianismo primitivo según su cuestionable punto de vista de la apostasía, explica: “Esta herejía de los nazarenos (se sobreentiende: Una secta judeocristiana con criteriología diferente a la de la Iglesia, desde el prisma de este autor, que supuestamente se desvió de la fe transmitida por los apóstoles poco después de la huida a Pela) existe en Berea, en las vecindades de Cele-Siria y de la Decápolis, en la región de Pela y en Basanítide, en la denominada Kokaba, en hebreo Khokhaba. Allí se establecieron después del éxodo desde Jerusalén, cuando todos los discípulos se fueron a vivir a Pela porque Cristo les había dicho que abandonaran Jerusalén y se fueran lejos de allí y evitarían un cerco. Por este aviso vivieron en Perea después de haberse movido a ese lugar que he dicho. Allí tuvo su origen la herejía de los nazarenos (se sobreentiende: Heregía, en boca de Epifanio, puede consistir perfectamente en una particular apreciación eminentemente subjetiva de la verdad revelada, tal como sucedería a un viajero que se alejara progresivamente de la estación en donde tomó el tren y que interpretara la realidad afirmando que los que verdaderamente se alejan son los peatones, que permanecen en la estación)” (Panerion XXIX, 1,7,7-8). Sobre este mismo tema también añade, un poco más adelante, hablando de otras hipotéticas heregías, en este caso sí desviadas de la sagrada escritura aunque globalmente a un grado no mayor que el del propio Epifanio: “Su origen (de los ebionitas) se remonta al tiempo posterior a la captura de Jerusalén. Después de eso, todos aquéllos que creían en Cristo generalmente se habían ido a vivir a Perea, a una ciudad llamada Pela de la Decápolis de la que está escrito en el Evangelio que está situada en las cercanías de Batanea y Basanítide. La predicación de Ebión se originó aquí, después de que se hubieran trasladado a este lugar y hubieran vivido allí. Inicialmente, ellos vivían en una aldea llamada Kokaba, no lejos de la región de Karnaim y Asteroth, en la región de Basaítide. Esto de acuerdo con el contenido de la información que nos ha llegado. Desde allí comenzaron su viciosa enseñanza, desde el mismo lugar donde los nazarenos surgieron, de los que yo he dado cuenta arriba. Después de haber estado unidos unos y otros, cada cual compartió su propia suciedad con el otro” (Panerion XXX, 1,2,7-9). Epifanio, escribe: “Cuando la ciudad (se sobreentiende: Jerusalén) estaba a punto de ser capturada por los romanos (se sobreentiende: Al tiempo de la campaña de Cestio Galo, en el otoño del año 66, antes de la humillante retirada de éste; o bien al tiempo de la campaña de Vespasiano, en la primavera del año 67), todos los discípulos fueron advertidos del avance por un ángel para que abandonaran la ciudad, destinada a ser destruida totalmente. Ellos se establecieron en Pela, una villa de la Decápolis, al otro lado del Jordán. Después de la destrucción de Jerusalén, retornarán, como ya he dicho, y cumplirán grandes signos (se sobreentiende: El autor afirma que algún tiempo después de la devastación de la ciudad por los ejércitos de Tito a principios del otoño del año 70, los judeocristianos que se fueron a Pela retornaron a Jerusalén, la repoblaron y cumplieron notables señales proféticas)” (De mens, 15). Finalmente, Teodoreto afirma: “En los días en que Vespasiano y Tito preparaban la guerra (se sobreentiende: Casi al tiempo de la primavera del año 67), los fieles (se sobreentiende: Los cristianos de Jerusalén), siguiendo una revelación, abandonaron la ciudad” (Comentario de Zacarías. PG 81, 1951).

  4. #204
    Fecha de Ingreso
    01-noviembre-2016
    Mensajes
    748

    Predeterminado

    [Pseudoveltíosis natanatórica, comentario 199]
    Como acabamos de ver, Eusebio asegura que los cristianos prominentes (o pastores del rebaño cristiano) de Jerusalén recibieron algún tipo de revelación antes de la guerra contra Roma (que aparentemente estalló a comienzos del verano del año 66, cuando se produjo la Gran Revuelta Judía) para huir de la metrópoli y asentarse en Pela. Epifanio, por su parte, matiza que fue un ángel el dador de dicha revelación o advertencia sobrenatural, con el objetivo de que todos los discípulos de Cristo fueran alertados del peligro. Una síntesis de todo esto nos llevaría a suponer que en la víspera de la Gran Revuelta Judía, un ángel de Dios se apareció a los pastores cristianos de Jerusalén para advertirles “por qué” y “hacia dónde” debería huir todo cristiano de Judea en breve, despejando la relativamente abstracta orden de Jesucristo de “huir hacia las montañas” y concretizando que se trataba (no de cualquier zona montañosa de los alrededores, sino más bien) de las “montañas de Pela”. Ello parece armonizar con lo que sabemos que sucedió, según los datos que poseemos gracias a Josefo, o sea, que los romanos bajo Cestio Galo arrasaron ciertas ciudades situadas en las planicies al oeste del río Jordán en su marcha hacia Jerusalén y bajo Vespasiano arrasaron otras ciudades pertenecientes a las zonas montañosas situadas al este del río Jordán, por encima y por debajo de Pela, pero aparentemente esquivaron esta ciudad. Además, de haberse producido dicha revelación angélica, sería razonable que ésta hubiera acontecido antes de que Cestio Galo acampara contra la ciudad de David, en el otoño del año 66, no sólo para poder dar una correcta orientación de huida a los cristianos situados en intramuros (pues, tras la retirada de Cestio, hubieron de actuar deprisa y con resolución) sino también para permitir a los cristianos afincados en las villas de Judea su perentorio inicio del éxodo hacia la ciudad de Pela. De todas formas, es posible que, entremezclados con los cristianos judíos, hubiera también cierto número de cristianos gentiles, especialmente en las ciudades de la Decápolis, de Galilea y de Perea, de modo que la advertencia de huir a Pela también resultaría de gran utilidad para ellos, puesto que esas zonas también fueron sacudidas por la onda expansiva provocada por la Gran Revuelta y por los primeros momentos de la campaña de reconquista de Vespasiano. Por lo tanto, el hecho de que desde el año 41 ya se encontrara disponible en Palestina el evangelio según Mateo, y desde el año 58 el evangelio según Lucas, obraría favorablemente en todos estos cristianos palestinenses para mantener la debida expectación de cara a la profecía de los finales catastróficos de Jerusalén y de su Templo, que significarían la devastación de toda la Judea y la puesta en peligro de millones de vidas.

  5. #205
    Fecha de Ingreso
    01-noviembre-2016
    Mensajes
    748

    Predeterminado

    [Pseudoveltíosis natanatórica, comentario 200]
    Pela era una ciudad de la Transjordania (en francés, “Oultrejordain”, es decir, más allá del Jordán; nombre usado durante las “cruzadas” medievales para definir una extensa región situada al este del río Jordán) cuyas ruinas se encuentran en la actual Tabaqat Fahl. En la época romana fue una ciudad mediana, con su foro (zona central de la metrópoli, semejante a las plazas centrales de las ciudades actuales, donde se encuentran las instituciones gubernamentales, mercantiles y religiosas), sus termas (baños públicos, con estancias reservadas para actividades gimnásticas y lúdicas; también considerados como lugares de reunión a los que acudía la gente común que no podía costear el tener uno en su casa) y su Ninfeo monumental (fuentes artificiales y ornamentales de agua, generalmente dedicadas a las ninfas mitológicas griegas). Tras la campaña de excavación de 1992, se ha comprobado que tuvo una vida cultural interesante, ya que además de la muralla y el gran muro del témenos (terreno consagrado o dedicado a fines religiosos paganos) del templo en el Tell el Husn, ha aparecido un odeón (pequeño anfiteatro destinado a competiciones de música cantada) en la ladera. No era la ciudad más grande de la Decápolis (Gadara tenía 3 foros), pero sí una ciudad que podemos denominar “civilizada”.

  6. #206
    Fecha de Ingreso
    01-noviembre-2016
    Mensajes
    748

    Predeterminado

    [Pseudoveltíosis natanatórica, comentario 201]
    El nombre semítico antiguo de Pela, atestiguado en textos egipcios, era Phahel, que ha pervivido en la denominación actual del lugar. Los macedonios, al ocupar la región, en el siglo IV antes de la EC, le cambiarían el nombre por el de la capital de su país de origen, Pela, lugar de nacimiento de Alejandro Magno. Así que esta ciudad pasó de ser llamada Phahel a ser llamada Pela o Pella, dada la semejanza fonética. Posteriormente, los griegos la apodaron Berenikea. Aproximadamente, en el año 80 antes de la EC el rey asmoneo o macabeo Alejandro Janneo (125-76 antes de la EC), en su campaña transjordana, demolió la ciudad de Pela porque sus habitantes no quisieron adoptar las costumbres nacionales de los judíos ni convertise al judaísmo. Sin embargo, parece que la ciudad fue reconstruída poco después. En el año 63 antes de nuestra era, el general romano Pompeyo capturó la ciudad y ésta fue integrada en la parte del Oriental del Imperio. Bajo la dominación romana recibió el apelativo de Filipea (Las monedas del siglo II de Pela incluyen el apelativo Philippeia, en honor a Marcio Filipo, legado de Pompeyo entre el 61 y el 60 antes de la EC). Para el tiempo de la Gran Revuelta Judía, a mediados del año 66, Pela era aparentemente una ciudad tranquila, mayormente habitada por gentiles pacíficos que estaban bien arraigados en la cultura grecorromana. Incluso es posible que residieran en la ciudad algunos cristianos gentiles, como resultado de la brebe actividad que Jesucristo realizó en la zona, al expulsar una multitud de demonios que habían poseído a 2 gadarenos (habitantes de la ciudad de Gadara), según se registra en el evangelio de Mateo.

  7. #207
    Fecha de Ingreso
    01-noviembre-2016
    Mensajes
    748

    Predeterminado

    [Pseudoveltíosis natanatórica, comentario 202]
    La ciudad de Pela quedaba fuera de la jurisdicción de Agripa II y pertenecía más bien a la provincia romana de Siria, razón por la cual parece que la ciudad estaba controlada militarmente por una guarnición romana hacia mediados del año 66. Se puede decir que Pela, como las otras 9 ciudades de la Decápolis, era una especie de municipio con varias aldeas bajo su límite territorial y con una capital, Pela propiamente dicha, situada en un punto interior de dicho municipio, hacia el poniente; y la guarnición romana estaba en dicha capital. Al parecer, el desastre de Bethorón y la subsiguiente campaña militar de los rebeldes judíos hacia el norte a comienzos del año 67 no produjo enfrentamientos con la guarnición romana destacada en Pela, aunque tal vez sí fueran arrasadas algunas aldeas del “municipio” puesto que hubo matanzas de gentiles a manos de los exaltados rebeldes en varios enclaves de la Decápolis y de Siria, y viceversa, estando Pela dentro de la zona de peligro. Existe un texto autobiográfico de Flavio Josefo, que se ha llegado a titular “La vida de Josefo”, escrito por éste en torno a los años 94-99, posiblemente como un apéndice de su obra “Antigüedades judías”, donde el autor revisa los acontecimientos que vivió durante la guerra judeo romana, al parecer en respuesta a las alegaciones formuladas contra él por un tal Justo de Tiberíades (un autor e historiador judío que vivió en la segunda mitad del siglo I, del que poco se sabe, excepto lo que de él refiere el propio Flavio Josefo. Hijo de Pisto, nacido en Tiberíades, una ciudad de Galilea fuertemente helenizada. Hombre erudito, próximo al tetrarca Herodes Agripa II y uno de los ciudadanos más importantes de su ciudad natal. Durante la primera guerra judeo-romana (66-73) entró en conflicto con Flavio Josefo, el líder judío nombrado por el gobierno rebelde de Jerusalén para controlar Galilea. Justo escribió una historia sobre la guerra en la cual acusaba a Flavio Josefo de responsabilidad criminal en los problemas que se produjeron en Galilea). Parte de la citada réplica de Josefo, contra este Justo, lee como sigue: “Antes de que yo fuese nombrado gobernador de Galilea por la comunidad de Jerusalén, tú y todos los habitantes de Tiberíades no sólo habíais tomado las armas, sino que estabais ya en guerra contra la Decápolis de Siria. En todo caso, tú incendiaste sus aldeas y tu criado cayó en aquella empresa”. De este texto se deduce que durante la segunda mitad del año 66 y hasta el comienzo de la primavera del 67, al menos, ninguna ciudad de la Decápolis fue arrasada sino tan sólo algunas aldeas. Ahora bien, esta situación precisamente debió favorecer la posibilidad de la emigración a Pela por parte de los judeocristianos, según opinan algunos investigadores, ya que el exterminio de la población gentil de las aldeas de la comarca produjo un vacío de población que permitiría la emigración de un grupo numeroso, como los judeocristianos de Jerusalén (supuestamente unas 5.000 personas). De hecho, casi con toda seguridad, los zelotes estarían encantados de que los judeocristianos abandonaran en ese momento Jerusalén, dejándola más a merced de su partido, y de que repoblaran una zona anteriormente infectada de gentiles, puesto que el objetivo de los zelotes era un Israel limpio de gentiles. Sí es cierto que, tras la derrota del legado de Siria, Cestio Galo, esta región fue ocupada totalmente por los rebeldes bajo el mando de un tal Manasés, sin embargo Pela no fue quemada ni destruida, tal como se desprende de los trabajos arqueológicos de Smith y McNicoll. Probablemente, la actitud de los ciudadanos de Pela en el momento de incertidumbre del otoño del 66 fue similar a la de los ciudadanos de sus vecinas Gadara e Hippos, que sólo expulsaron a los sediciosos, permitiendo a los demás judíos su permanencia en la ciudad, lo que demuestra que eran proclives a la buena convivencia entre vecinos. Por otra parte, como ha argumentado Ray Pritz (del Centro de Caspari para estudios bíblicos y judíos), es muy probable que hubiese gentiles cristianos en la región (visitada por Jesús cuando sanó a los endemoniados de Gadara), y que estos gentiles hubiesen propiciado el refugio de sus hermanos correligionarios judíos huídos de Jerusalén.

  8. #208
    Fecha de Ingreso
    01-noviembre-2016
    Mensajes
    748

    Predeterminado

    [Pseudoveltíosis natanatórica, comentario 203]
    En cuanto a la ocupación de la región por Vespasiano, no sólo no contradice la presencia de judeocristianos en Pela, sino que la refuerza. En efecto, tras la conquista de Galilea en la campaña del 67, Vespasiano se retiró a sus cuarteles de invierno en Cesarea, dejando la XV legión (a la que después añadió la X legión, cuyo legado era Trajano, padre del futuro emperador) en Escitópolis, ciudad en la que los escitas habían matado a traición a sus vecinos judíos en el verano del 66, declarándose abiertamente a favor de los romanos. En la primavera del 68 Vespasiano cruzó el Jordán para ocupar la gran ciudad helenística de la Decápolis, Gadara, a la que los judíos habían convertido en capital fortificada de Perea. Gadara entregó pacíficamente la ciudad a los romanos, no sin que antes los judíos mataran al noble Doleso, responsable de la embajada a Vespasiano y de la decisión de derruir las murallas, y huyeran hacia el sur. Según flavio Josefo, había muchos ricos en Gadara (casi todos gentiles, aunque pudiera haber algunos judíos entre ellos) y éstos deseaban guardar sus posesiones más que nada, por lo cual eran muy favorables a pasarse a los romanos y enviar una embajada de bienvenida a Vespasiano, que estaba cercano a la ciudad; de hecho, enviaron tal embajada al general romano sin el conocimiento de los sublevados judíos, que a duras penas habían conseguido el control de la ciudad; así que éstos, cuando se enteraron de ello, decidieron huir no sin antes tomarse una rápida venganza y “derramar sangre por los daños que habían recibido (se sobreentiende: Por haber sido burlados): por esta causa prendieron a Doleso, quien era en su dignidad y nobleza el príncipe de la ciudad, y también había sido el autor de entregarse a los romanos, y luego lo mataron”; no obstante esta huída fue aplastada por Plácido, enviado por Vespasiano, con 500 jinetes y 3000 infantes, quien efectuó una terrible matanza de rebeldes y de aldeanos inocentes marchando hacia el sur de la Transjordania (masacró a 15.000 judíos fugitivos, a los que se añadieron miles de ahogados en el Jordán, los cuales habían puesto su esperanza en refugiarse en Jericó, al otro lado del Jordán). Vespasiano, tras su tranquila entrada triunfal en Gadara, volvió a Cesarea y avanzó por Judea e Idumea, dejando el mando de la región de Perea al tribuno Plácido. Y ahora Josefo explica que, una vez que Plácido se apoderó de Abila, Julia, Besimot y todas las localidades que había hasta el Mar Muerto, estableció al frente de cada una de ellas a los desertores que le parecieron más idóneos. Por lo tanto, los judeocristianos de Pela, mejor que ningún otro grupo de judíos, entrarían en esta favorable categoría de “desertores” desde el prisma de Plácido.

  9. #209
    Fecha de Ingreso
    01-noviembre-2016
    Mensajes
    748

    Predeterminado

    [Pseudoveltíosis natanatórica, comentario 204]
    Si bien parece cierto que el momento idóneo para salir de Jerusalén y huir hacia Pela fue en los alrededores inmediatos de la Gran Revuelta, aproximadamente a primeros de agosto del 70, así como inmediatamente después de la retirada de Cestio Galo, aproximadamente a primeros de noviembre del 70, los testimonios históricos de Josefo (mayormente) y de otras fuentes (minoritariamente) permiten entrever que hubo múltiples casos de deserción de la ciudad en el tramo comprendido entre los años 67 y 70. Por ejemplo, Josefo enumera cuantiosos casos de huidas de Jerusalén en noviembre del 66, en el invierno del 67-68 y en junio e incluso en agosto del 70, siendo a veces las fugas de grupos numerosos de 2.000 personas; y los datos de Josefo son confirmados por la noticia de la Misná respecto a la huida de Jonatán ben Zakkay, que se hizo el muerto para que se permitiera a sus discípulos salir de la ciudad a enterrar el cadáver, tras lo cual todos ellos se entregaron a Vespasiano y el rabino consiguió que el emperador le permitiera abrir su escuela de Jamnia. No obstante, las fugas de la ciudad entre los años 67 a 70, y en especial durante el año 70, estaban cargadas de peligros, no sólo por causa de las represalias de los rebeldes fanáticos judíos sino también por parte de las tropas romanas, las cuales despreciaban asesinamente a los judíos en general y además estaban predispuestas a la expoliación y saqueo de los bienes de éstos; de manera que los desertores que caían en manos romanas corrían el abundante riesgo de ser asesinados por los soldados romanos o por las huestes auxialiares de éstos antes siquiera de que Tito o Vespasiano tuvieran noticias de las fugas y pudieran decidir sensatamente en cuanto al destino de los prisioneros.

  10. #210
    Fecha de Ingreso
    01-noviembre-2016
    Mensajes
    748

    Predeterminado

    [Pseudoveltíosis natanatórica, comentario 205]
    Por consiguiente, parece que el momento más propicio para que los cristianos de Jerusalén huyeran a Pela fue inmediatamente después de la retirada de Cestio Galo en la primera mitad de noviembre del 66, pues poco antes de eso la climatología rigurosa del verano hubiera dificultado la marcha (pero en la primera mitad de noviembre la meteorología debió ser suave, pues faltaba un mes y medio para el comienzo del invierno); además, según Josefo, el verano del 66 se caracterizó por el aumento alarmante de matanzas por toda Palestina, tanto de judíos como de gentiles, unos contra otros, por lo que el camino desde Jerusalén hacia Pela debió ser poco seguro en este sentido. En cambio, para noviembre del 66 habían cesado esas matanzas y el conflicto armado estaba desplazado hacia el noroeste, en la dirección que va desde Bethorón hacia Cesarea. Finalmente, parece que hay una confusión con relación al distrito al que pertenecía Pela, pues los testimonios históricos la sitúan unas veces en la Decápolis y otras en Perea. Por ejemplo, Eusebio y Epifanio mencionan el lugar al que huyeron los judeocristianos de Jerusalén denominándolo a veces Pela de la Decápolis y a veces Pela de Perea. Sin embargo, este problema de ubicación exacta no es exclusivo de Pela, pues también se dio en el caso de su vecina Gadara y en otras descripciones territoriales antiguas de la Transjordania. Aparentemente, la causa de esta inestabilidad ubicatoria tenía que ver con la fluctuación de las zonas fronterizas en función de los gobiernos de turno y de los repartos territoriales o de las adjudicaciones favoritistas del propio césar.

Normas de Publicación

  • No puedes crear nuevos temas
  • No puedes responder mensajes
  • No puedes subir archivos adjuntos
  • No puedes editar tus mensajes
  •