Lo mismo ocurre con las mujeres. El deseo natural que Dios creó en el hombre por la mujer es bueno, porque Dios lo hizo todo bueno. Lo que es malo es codiciar a la mujer, es decir, que el hombre quiera tener a la mujer como si fuera de su propiedad. Por eso Jesús dijo que el que mira a una mujer con intención de codiciarla, ya adulteró con ella en su corazón:
Mateo 5:27-30
Oísteis que fue dicho: No cometerás adulterio.
5:28 Pero yo os digo que cualquiera que mira a una mujer para codiciarla, ya adulteró con ella en su corazón.