Voy a escribir este tema para que algo importante sea conocido. Aunque algunos religiosos odian mucho a los testigos por causa de nuestra forma de entender la Biblia, la verdad es que el odio más virulento y enfermizo no viene precisamente de estos religiosos. Es quizás por eso que Dios haya determinado que el juicio de Babilonia la Grande no sea directamente ejecutado por él, sino por el propio sistema humano, aunque en realidad lo hagan por causa del juicio de Dios.

Como digo antes, no son estos que pertenecen a otras religiones los que más nos odian. En realidad esos son los apóstatas; algunos que fueron antiguamente testigos de Jehová y que un día caminaban entre nosotros y nos llamaban "hermanos", y que nos abrazaban, y sus hijos jugaban con nuestros hijos, y comían con nosotros, así como hacía Judas.

Luego cometieron algún mal grave que Jehová desaprueba, y fueron disciplinados. Pero en vez de aceptar la disciplina y arrepentirse de lo malo que hicieron, se llenaron de un mal espíritu. Se resintieron contra sus propios hermanos, comenzaron a llenarse de odio y de maledicencia. Y así se constituyeron nuestros enemigos acérrimos, aunque a veces hasta por más de 10 años nos abrazaban, y se reían con nosotros, y creían las mismas cosas, y practicaban las mismas cosas que nosotros, los consumió el odio y el resentimiento.

Estos, ahora lanzan espumarajos por sus bocas contra sus ex-hermanos, y disfrutan tratando de dañarnos. Ahora nos ven como sus enemigos, y quieren escupir cuando pasamos. Ahora se unen también a otros religiosos y los educan para que sean enemigos más malvados de lo que ya son, pues saben que esos religiosos carecen del espíritu de Dios y es fácil seducirlos hacia un camino malo.

Esos son los ex-testigos que participan de foros como este, y a veces hasta crean foros para criticarnos, y crean grupitos que al final nunca sobreviven, porque están condenados a fracasar, porque están llenos de mal ánimo y eso no los lleva a ninguna parte. Esos solo hablan de los testigos como organización, no les interesa construir espiritualidad en los demás porque se han quedado vacíos de eso.

A esos, yo les escribo, porque la Palabra de Dios nos enseña a ni siquiera dirigirles la palabra ... que vean si es que todavía tienen alguna forma de recapacitar; si queda algo de bueno, de cuando se sentían felices en el pueblo de Dios y adoraban junto con nosotros ... algo que pudieran aun salvar ... que actúen pronto.