Parménides expresó "La nada, nada produce", máxima con la que se quiso dar a entender que del vacío cero (porque todavía no se hablaba del vacío cuántico) cero materia y energía ya que nos eran desconocidas otras teorías.

Posteriormente vinieron otras tratando de explicar la existencia y modificando la anterior, Ahora nos dijeron que el vacío cuántico generaba materia, y ahora nos dicen que no; que la materia es resultante de la energía cinética generada por fricción etc., etc.

Para muchos de nosotros, legos en la materia, saber que no sabemos no significa no querer saber y no maravillarse ante el misterio: salir a jugar en la noche a aprender a ver en la oscuridad. Los que aún no perdemos la capacidad de asombro, retomamos la ancestral pregunta ""¿COMO ES QUE ALGO SURGIO DE LA NADA?"

La nada deja de existir y se reformula como una potencia cuántica, y por otro lado el acto divino de la creación se distribuye en el universo mismo.

Ante la incertidumbre científica, los católicos respetamos el avance de los investigadores; pero, nos invade la alegría de saber que atrás de ello, siempre vamos a encontrar al Creador, porque todas las teorías tienen al final una incógnita, y esa es Dios.

Es de analizar y preguntarse ¿si en la actualidad con todos los deslumbrantes avances científicos, aún seguimos en la incertidumbre porque difícilmente llegaremos a tener la comprobación científica de la realidad de la existencia de todo lo que existe, era posible que Dios a través de Moisés, le revelara todas estas leyes y teorías a un pueblo recién salido de la esclavitud con cero capacidad escolar?
Yo siempre diré que NO, el relato de la creación encierra una instrucción sobre dogmas religiosos en un lenguaje casi infantil, utilizado para sujetar y manejar a ese pueblo, en un nuevo sistema de vida y gobierno, para eso le da una Ley muy rígida, fueron más de 400 años de esclavitud.