Opino que no fue el autobús quien empezó, sino una campaña en las marquesinas vascas y navarras, que fue noticia en toda España:
¡Dejen a los niños en paz!.
No me acaba de gustar mucho lo del autobús..., pero no por el mensaje, tan obvio como que el sol sale por el Este y se mete por el Oeste..., sino porque crearía una escalada de mensajes y contramensajes que no me parecen de buen gusto.
En fin..., los niños tienen pene. ¿Algo que objetar? Y las niñas, vulva ¿algo que objetar?. Pues quien objeta está metiendo la basura ideológica de la ideología de género en niños y niñas que no tienen por que sufrirlas. Si el niño o la niña están sanos físicamente, que la puta ideología de género no les ensucie la mente. Luego, de mayor podrán cambiarse de sexo, raza, condición, y hasta especie.
Si Michael Jackson se quiso cambiar de raza, y esta mujer de especie, me da igual lo que quieran hacer los transexuales. Pienso que sería más barato y mejor para la salud visitar al psicólogo..., pero que cada cual haga con su dinero lo que quiera. Pero ¿a los niños?. ¡¡Que no los toquen la basura infecta de la ideología de género!!