Por tres años y medio Jesús se dedicó a enseñar y predicar y su único tema era el reino de Dios y las bendiciones que éste traería a la humanidad.

Jesús entrenó a la gente a hablar acerca de este reino, y envió a sus doce discípulos a hablar a otras personas acerca del Reino. Dijo: “Al ir, prediquen, diciendo: ‘El reino de los cielos se ha acercado.’ Curen enfermos, levanten muertos, limpien leprosos, expulsen demonios. Recibieron gratis, den gratis.” (Mat. 10:7,*8)


“Ahora bien, cuando Jesús hubo acabado de dar instrucciones a sus doce discípulos, partió de allí para enseñar y predicar en las ciudades de ellos.” (Mat. 11:1)


Sigan, pues, buscando primero el reino y Su justicia, y todas estas otras cosas les serán añadidas.” (Mat. 6:33)

Después de enseñar en la sinagoga de Capernaum y ejecutar algunas obras maravillosas Jesús dijo a sus discípulos: “‘Vamos a otra parte, a las villas cercanas, para que predique también allí, porque es con este propósito que he salido.Y sí fue, predicando en las sinagogas de ellos por toda parte de la Galilea y expulsando los demonios.”—Mar. 1:38,*39.