Pablo Hoff, en su libro "Se Hizo Hombre", Ed. Vida, 1989, dice esto.

El afán de adquirir bienes es propio de la naturaleza humana.
El hombre dedica gran parte de su pensamiento y fuerza a la labor de acumularlos. Sin embargo, es una insensatez acumular los tesoros de la tierra, porque son pasajeros; carecen de permanencia.
La peor consecuencia de que alguien se dedique a la acumulación de bienes en este mundo es que la avaricia tiende a alejar el corazón de Dios y de su reino; absorbe nuestros pensamientos y afectos.

La pregunta es, entonces, ​¿Deberíamos no tener nada material en nuestro haber?