1 Tim. 3:2, 12: “El superintendente por lo tanto debe ser irreprensible, esposo de una sola mujer Que los siervos ministeriales sean esposos de una sola mujer.” (A estos hombres no solo se les confió cierta responsabilidad, sino que ellos eran también ejemplos que otros de la congregación cristiana habían de imitar.)

1 Cor. 7:2: “A causa de la ocurrencia común de la fornicación, que cada hombre tenga su propia esposa y que cada mujer tenga su propio esposo.” (Aquí no se hace ninguna concesión para que alguno de ellos tuviera varios cónyuges.)