Cualquiera que se divorcie a no ser por motivo de fornicación, comete adulterio
JESUS DIJO
(Mateo 19:9)
9 Yo les digo que cualquiera
que se divorcie de su esposa,
a no ser
por motivo de fornicación,
y se case con otra,
comete adulterio”
Cualquiera que se divorcie a no ser por motivo de fornicación, comete adulterio
JESUS DIJO
(Mateo 19:9)
9 Yo les digo que cualquiera
que se divorcie de su esposa,
a no ser
por motivo de fornicación,
y se case con otra,
comete adulterio”
Marcos, al igual que Mateo (Mt 19:3-9), registró lo que dijo Jesús a los fariseos con relación al divorcio y citó a Cristo cuando dijo:
“Cualquiera que se divorcie de su esposa y se case con otra comete adulterio contra ella, y si alguna vez una mujer, después de divorciarse de su esposo, se casa con otro, ella comete adulterio”. (Mr 10:11,*12.)
Una declaración similar se hace en Lucas 16:18: “Todo el que se divorcia de su esposa y se casa con otra comete adulterio, y el que se casa con una mujer divorciada de un esposo comete adulterio”.
Leídos por separado, estos versículos parecen prohibir el divorcio a los seguidores de Cristo sea cual sea la circunstancia, o, cuando menos, indicar que un divorciado no podría casarse de nuevo, a no*ser que muriese el cónyuge del que se divorció.
Sin embargo, estas palabras de Jesús, según aparecen en Marcos y Lucas, deben entenderse a la luz de la declaración más completa registrada por Mateo.
En esta se incluye la frase “a no ser por motivo de fornicación” (
Mt 19:9; véase también Mt 5:32),
mostrando que lo que Marcos y Lucas escribieron sobre el divorcio al citar a Jesús aplicaría siempre que la razón para el divorcio no hubiese sido la fornicación (por·néi·a) de uno de los cónyuges.
1 Tim. 3:2, 12: “El superintendente por lo tanto debe ser irreprensible, esposo de una sola mujer Que los siervos ministeriales sean esposos de una sola mujer.” (A estos hombres no solo se les confió cierta responsabilidad, sino que ellos eran también ejemplos que otros de la congregación cristiana habían de imitar.)
1 Cor. 7:2: “A causa de la ocurrencia común de la fornicación, que cada hombre tenga su propia esposa y que cada mujer tenga su propio esposo.” (Aquí no se hace ninguna concesión para que alguno de ellos tuviera varios cónyuges.)