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VENDRÁN MUCHOS QUE USANDO MI NOMBRE DIRÁN: Yo soy el Cristo, y engañarán a muchos.

"Respondiendo Jesús, les dijo: Mirad que nadie os engañe.
Porque vendrán muchos que usando mi nombre dirán: Yo soy el Cristo; y engañarán a muchos .
Y oiréis de guerras y rumores de guerras; mirad que no os turbéis, porque es necesario que todo esto acontezca; pero aún no es el fin.
Porque se levantará nación contra nación, y reino contra reino; y habrá pestes, y hambres, y terremotos en diferentes lugares.
Y todo esto será principio de dolores.
Entonces os entregarán a tribulación, y os matarán, y seréis aborrecidos de todas las gentes por causa de mi nombre.
Muchos tropezarán entonces, y se entregarán unos a otros, y unos a otros se aborrecerán.
Y muchos falsos profetas se levantarán, y engañarán a muchos;
y por haberse multiplicado la maldad, el amor de muchos se enfriará.
Mas el que persevere hasta el fin, éste será salvo.
Y será predicado este evangelio del reino en todo el mundo, para testimonio a todas las naciones; y entonces vendrá el fin". (Mateo 24: 4-14)

El Evangelio es lo que Jesucristo mandó predicar por todos los pueblos:

"Id por todo el mundo y predicad el evangelio a toda criatura. El que creyere y fuere bautizado, será salvo; mas el que no creyere, será condenado".(Marcos 16:15-16).

El Evangelio mandaba reparto de bienes con igualdad y tener misericordia con todos: NO MATARÁS... Pero los poderosos de las naciones que no amaban el Evangelio, se rodearon de falsos cristianos para imponer sus biblias, en las que impusieron de nuevo las leyes del viejo testamento judío que mandaban penas de muerte, guerras y genocidios... y también las cartas atribuidas a Pablo torcidas por los indoctos que mandaban obediencia total a los poderosos dictadores de las naciones que usaban la espada para matar... Jesucristo sabiendo estas cosas que ocurrirían, así dijo:

"Por tanto, cuando veáis en el lugar santo la abominación desoladora de que habló el profeta Daniel (el que lee, entienda)"... (Mateo 24:15)

Una abominación importante en el lugar santo se produjo cuando el imperio religioso de Roma impuso de nuevo las leyes de penas de muerte y de esclavitud del viejo testamento que Jesucristo había dejado abolidas cuando predicó el Evangelio... Y parte de esa abominación también se produjo cuando impusieron en sus biblias las cartas atribuidas a Pablo torcidas por los indoctos, y que decían que los poderosos dictadores de las naciones podían usar la espada para matar... contradiciendo con ello lo que Jesucristo había mandado:

"Jesús los llamó y les dijo: "Sabéis que los jefes de las naciones las tiranizan y que los grandes las oprimen con su poderío. Entre vosotros no debe ser así, sino que si alguno de vosotros quiere ser grande, que sea vuestro servidor; y el que de vosotros quiera ser el primero, que sea el servidor de todos; de la misma manera que el hijo del hombre no ha venido a ser servido, sino a servir y dar su vida en redención de muchos". (Mateo 20:25-28.)

Esto es lo que había mandado Jesucristo pero las cartas atribuidas a Pablo torcidas por los indoctos mandaban lo contrario:

"Sométase toda persona a las autoridades superiores; porque no hay autoridad sino de parte de Dios, y las que hay, por Dios han sido establecidas....... porque no en vano lleva la espada........ Por lo cual es necesario estarle sujetos, no solamente por razón del castigo, sino también por causa de la conciencia. Pues por esto pagáis también los tributos......" (Romanos 13:1-6)

Cambiar los mandamientos de Jesucristo para imponer en su lugar los preceptos de los hombres es una gran abominación, y Jesucristo nos dice que cuando veamos estas cosas que huyamos a los montes porque el fin se acerca:

"entonces los que estén en Judea, huyan a los montes".


Los montes de salvación son las enseñanzas misericordiosas del Evangelio, y también son los profetas de Dios fieles al Evangelio.

"El que esté en la azotea, no descienda para tomar algo de su casa;
y el que esté en el campo, no vuelva atrás para tomar su capa.
Mas ¡ay de las que estén encintas, y de las que críen en aquellos días!
Orad, pues, que vuestra huida no sea en invierno ni en día de reposo;
porque habrá entonces gran tribulación, cual no la ha habido desde el principio del mundo hasta ahora, ni la habrá.
Y si aquellos días no fuesen acortados, nadie sería salvo; mas por causa de los escogidos, aquellos días serán acortados.
Entonces, si alguno os dijere: Mirad, aquí está el Cristo, o mirad, allí está, no lo creáis.
Porque se levantarán falsos Cristos, y falsos profetas, y harán grandes señales y prodigios, de tal manera que engañarán, si fuere posible, aun a los escogidos.
Ya os lo he dicho antes.
Así que, si os dijeren: Mirad, está en el desierto, no salgáis; o mirad, está en los aposentos, no lo creáis.
Porque como el relámpago que sale del oriente y se muestra hasta el occidente, así será también la venida del Hijo del Hombre"
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(Mateo 24:16-27)