[EL DIOS EMOTIVO, comentario 154]
¿Por qué no es suficiente? Pues, básicamente, porque no es un factor clave para mantener la paz. Pero, ¿qué es la paz?; o ¿qué es “paz”? Desde luego, el vocablo “paz” suele usarse, por antonomasia, para denotar un estado de bienestar y equilibrio social, no individual; aunque, a veces (y cada vez con mayor frecuencia), metafóricamente hablando, se pueda aplicar de forma personal o individual para indicar una situación de bienestar y equilibrio mental interior (paz interior). La palabra proviene del indoeuropeo “pag” (arreglar, unir), y de ahí pasó al latín como “pax” (genitivo “pacis”), relacionada con el verbo “pacisci”, que significa “acordar” o “hacer un trato”; además, de su participio “pactum” sale nuestra palabra “pacto”. Los romanos, a través de conquistas o acuerdos con otros pueblos (por ejemplo, formando estados de clientela), establecían la “paz” (pax romana); de ahí que usaran el verbo “pacare” para significar “pactar (o pacificar) mediante conquista o acuerdo”. Con el tiempo, el vocablo “paz” ha tomado carácter internacional y se refiere al deseable estado en el que los conflictos internacionales se resuelven de forma no violenta.