Mira aquí:
Gál.5:22 Por otra parte, el fruto del espíritu es: amor, gozo, paz, gran paciencia, benignidad, bondad, fe, 23 apacibilidad, autodominio. Contra tales cosas no hay ley. 24 Además, los que pertenecen a Cristo Jesús han fijado en un madero la carne junto con sus pasiones y deseos.
25 Si estamos viviendo por espíritu, sigamos andando ordenadamente también por espíritu. 26 No nos hagamos egotistas, promoviendo competencias unos con otros, envidiándonos unos a otros.
Una vez una esclava israelita que servía en la casa de Naamán, un general asirio que era leproso, le dijo que si iba a Israel, el profeta Eliseo lo podría curar de su lepra. Cuando él fue a ver al profeta, éste le dijo que si se bañaba en el Jordán y se lavaba 7 veces su lepra desaparecería. Naamán había ido con un montón de gente y esperaba ver una manifestación asombrosa, fantástica, espectacular, como la de los sacerdotes o magos que conocía seguramente. Se ofendió de la simpleza del remedio que le había dado Eliseo. Pero cuando sus propios servidores le dijeron ésto:
2Rey.5:13 (...) “Padre mío, si hubiera sido una cosa grande la que te hubiera hablado el profeta mismo, ¿no la harías? ¿Cuánto más, pues, dado que te dijo: ‘Báñate y sé limpio’?”.
... él hizo caso y fue sanado. Mira de qué forma tan sencilla el espíritu en Eliseo actuó a favor de Naamán.
No es cliché ... en nuestro pueblo cosas grandes son realizadas continuamente, y son como milagros que solo son posibles con el poder de Dios.