Cita Iniciado por Aquiles Brinco Ver Mensaje
Don Malvamos, yo creo que nadie piensa que los conquistadores mataron a la descendencia de Moctezuma. Se sabe que Cortés era compadre de Moctezuma II, y que le prometió proteger a su familia.

Doña María del Carmen Enríquez de Luna y del Mazo, XII Condesa de Miravalle, quien murió en 2014 a los 90 años, 'peleó' durante más de 30 años la restitución de la pensión que le fue suspendida a su familia desde 1933 por el presidente Abelardo L. Rodríguez en atención al artículo 12 constitucional:



Desde 1976, tras la muerte de Franco, los Miravalle han tenido el insolente atrevimiento de exigir, a través de las autoridades consulares en España, que les sea reconocido su 'título' y restituida la millonaria pensión. No han tenido éxito, ni lo tendrán. En 2010 les fue reconocido el 'título', mas no restituida la pensión.

Ahora, la heredera del Condado de Miravalle, Carmen Ruiz Enríquez de Luna, hija de María del Carmen Ruiz Enríquez de Luna y del Mazo, exige el 'reconocimiento' del título, ¡pero por parte del Estado mexicano! ¡Así de grande es el chiste! Ya no les interesa tanto el dinero, pues, tras 82 años de no conseguir nada, se han dado por vencidos, pero aún demandan el 'honor' de ser engalanados con un título que claramente es ANTICONSTITUCIONAL.

Yo estaría más que feliz de mandarle a hacer un penacho a doña Carmen, y nombrarla emperatriz de lo que a ella se le ocurra, pero de mantenerla, nada de nada; ¡que la mantenga España con las riquezas que alguna vez fueron de los aztecas!

Son comiquísimos estos personajes. Con toda la problemática que vive México, sus impertinencias no podrían ser consideradas sino como una puntada humorística. Somos una 'república bananera', según ellos, pero eso sí, nuestro oro nunca fue ni será 'bananero', ese sí lo quieren.
¡¡La de llorones que hay en todos los países latinoamericanos!! Que si España, que si el demonio yankee, que si las dictaduras fascistas, que si el zika, que si la hermana del primo de Juanito....


....cientos de años con la misma cantinela y cientos de años sumidos en la misma película, lloriquear y dar el peor ejemplo de lo peorcito de allí.