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Tema: ¿A Pablo o a Cristo? ¿A quién debemos seguir?

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  1. #1
    Fecha de Ingreso
    30-septiembre-2014
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    Predeterminado ¿A Pablo o a Cristo? ¿A quién debemos seguir?


    ¿LAS CARTAS ATRIBUIDAS A PABLO... O EL EVANGELIO?... ¿QUÉ DEBEMOS SEGUIR?...

    Es monstruoso querer anular los misericordiosos mandamientos que nos enseña el Evangelio de Jesucristo, y querer imponer en su lugar los puntos difíciles de las cartas atribuidas a Pablo torcidas por los indoctos.

    Los puntos difíciles y torcidos de las cartas atribuidas a Pablo fueron impuestos como doctrina cristiana por la religión católica y luego los "protestantes" luteranos, calvinistas y otros, hicieron de estas doctrinas un "evangelio diferente" para dejar anulado el Evangelio de Jesucristo.

    Jesucristo en el Evangelio nos enseña los verdaderos mandamientos de Dios. Y con estos mandamientos misericordiosos, dejó anulados todos los preceptos de los hombres escritos en el viejo testamento judío..., mandamientos judíos que mandaban penas de muerte, guerras, genocidios, esclavitud y muchos sacrificios... Todo eso quedó abolido por Jesucristo porque sólo eran preceptos de hombres que Dios no había mandado.

    Jesucristo es Dios que se hizo Hombre y vino a enseñar al mundo la verdadera Ley de Dios y los verdaderos mandamientos de Dios.

    La verdadera Ley de Dios es la que Jesucristo nos enseñó en el Evangelio, que así nos dice:

    "todas las cosas que queráis que los hombres hagan con vosotros, así también haced vosotros con ellos;
    porque ésta es la ley y los profetas". (Mateo 7:12)

    Jesús también enseña los verdaderos mandamientos de la Ley de Dios que debemos guardar para entrar en la vida y que así nos dicen:

    "Mas si quieres entrar en la vida, guarda los mandamientos. Le dijo: ¿Cuáles? Y Jesús dijo: No matarás. No adulterarás. No hurtarás. No dirás falso testimonio. Honra a tu padre y a tu madre; y, Amarás a tu prójimo como a ti mismo. El joven le dijo: Todo esto lo he guardado desde mi juventud. ¿Qué más me falta? Jesús le dijo: Si quieres ser perfecto, anda, vende lo que tienes, y dalo a los pobres, y tendrás tesoro en el cielo; y ven y sígueme. Oyendo el joven esta palabra, se fue triste, porque tenía muchas posesiones. Entonces Jesús dijo a sus discípulos: De cierto os digo, que difícilmente entrará un rico en el reino de los cielos. Otra vez os digo, que es más fácil pasar un camello por el ojo de una aguja, que entrar un rico en el reino de Dios" (Mateo 19:16-24)

    A los hombres codiciosos que se hacen dueños de muchas posesiones les cuesta muchísimo entregar sus bienes a los pobres. Ellos no quieren el camino de la misericordia y prefieren imponer sacrificios y esclavitud a los pobres. Por eso, Jesucristo también les dijo:

    "... si supieseis qué significa: Misericordia quiero, y no sacrificio, no condenaríais a los inocentes" (Mateo 12:7)

    Ésta es la Ley y estos son los verdaderos mandamientos de Dios
    que los pueblos ya no conocían en tiempos de Jesús porque los escribas judíos, después de Moisés, habían cambiado la Ley de Dios en mentira, como nos dicen los profetas Isaías, Jeremías, etc.

    Pero los poderosos de las naciones del siglo IV del imperio de Roma y de otras naciones, que habían vivido en deleites usando la ley de la espada y de la esclavitud contra los humildes, no recibieron el Evangelio de Jesucristo.

    Así, desde el siglo IV, se volvió a imponer al mundo la creencia de que eran "ley de Dios" las leyes del viejo testamento que Jesucristo había dejado abolidas, y estas leyes de los libros judíos pasaron a ser los libros primeros de las biblias que ellos compusieron. ¿Y qué ocurrió con las cartas atribuidas a Pablo que ya circulaban por el imperio de Roma?...

    Estas cartas que ya habían sido torcidas por los indoctos desde el primer siglo, de lo cuál nos avisó el apóstol Pedro (2ª Pedro 3:15-18), también fueron incluidas en las biblias impuestas por el imperio de Roma con el fin de justificar la opulencia y la crueldad de los poderosos de las naciones que usaban la espada para matar..., pues estas cartas así dicen:

    "Sométase toda persona a las autoridades superiores; porque no hay autoridad sino de parte de Dios, y las que hay, por Dios han sido establecidas....... porque no en vano lleva la espada........ Por lo cual es necesario estarle sujetos, no solamente por razón del castigo, sino también por causa de la conciencia. Pues por esto pagáis también los tributos......" (Romanos 13:1-6)

    Con esta doctrina de estas cartas que habían sido torcidas por los indoctos ya desde el primer siglo, los emperadores de las naciones se justificaron para volver a imponer la ley de la espada que Jesucristo había dejado anulada con sus misericordiosos mandamientos.

    Estas cartas también contienen otro punto difícil torcido por los indoctos, que dice que los cristianos no están bajo la ley...

    ¡Qué maravilla fue esto para los poderosos de las naciones!...

    Pues pusieron las cartas atribuidas a Pablo en el puesto del Evangelio de Jesucristo, para predicar un "evangelio diferente". De esta forma, al imponer la creencia de que no estamos bajo la ley, dejaron anulada la Ley de Jesucristo y sus misericordiosos mandamientos que nos enseña el Evangelio.

    Desde entonces, la abominación de la desolación (la ley de la espada) fue puesta en el lugar santo (en lugar del Evangelio), y desde entonces, las penas de muerte, las guerras y los genocidios que había impuesto el pueblo judío antes de Jesús, se volvieron a imponer como si todo aquel infierno de guerras, y luego de inquisiciones, hubiera sido mandado y justificado por Jesucristo.

    Los grandes tratados religiosos, lo mismo católicos que protestantes, han hecho un terrible esfuerzo para justificar las guerras y las penas de muerte, para dejar anulada con ello, la verdadera enseñanza del Evangelio y sus misericordiosos mandamientos.

    Esta monstruosa confusión que ha querido anular la Ley de Jesucristo para imponer en su lugar las leyes de los dictadores de las naciones, está presente en el mundo. ¿Pero qué cristianos son conocedores de esta abominación?... Jesucristo había dicho:

    "Y por haberse multiplicado la infracción de la Ley, el amor de muchos se enfriará. Mas el que persevere hasta el fin, éste será salvo. Y será predicado este evangelio del reino en todo el mundo, para testimonio a todas las naciones; y entonces vendrá el fin.

    Por tanto, cuando veáis en el lugar santo la abominación desoladora de que habló el profeta Daniel (el que lee, entienda), entonces los que estén en Judea, huyan a los montes. El que esté en la azotea, no descienda para tomar algo de su casa; y el que esté en el campo, no vuelva atrás para tomar su capa" (Mateo 24:11-18.)

    Los que están en Judea son los que siguen las leyes judías del viejo testamento de penas de muerte, guerras y genocidios.

    Los que están en Judea también son los que, despreciando los misericordiosos mandamientos del Evangelio de Jesucristo, nos imponen como si fueran Ley de Dios, las cartas atribuidas a Pablo que mandan obediencia total a los dictadores poderosos del mundo que usan la espada para matar, esto es, que imponen penas de muerte y guerras.

    Los montes de la salvación son los cristianos fieles al Evangelio que han recibido el Evangelio completo, con su Ley y sus mandamientos.

    Cuando nos referimos a las cartas atribuidas a Pablo, no nos referimos al verdadero Pablo amigo de los apóstoles que predicó el Evangelio de Jesucristo, sino al "pablo" de las cartas torcidas por indoctos que impusieron los emperadores de Roma y su religión del imperio.

    Última edición por Porque25; 03-sep.-2016 a las 14:30

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