He bajado para hacer, no la voluntad mía, sino la voluntad del que me ha enviado
He bajado para hacer, no la voluntad mía,
sino la voluntad del que me ha enviado
(Juan 6:38).
Imagínate que un amigo te regala un automóvil.
Te entrega los papeles y te dice:
“Me quedo con las llaves. Yo lo conduciré”.
¿Cómo te sentirías?
Ahora piensa en lo que espera
Jehová de una persona
que se dedica a él y que le dice:
“Te entrego mi vida, te pertenezco a ti”.
¿Y si esa persona comienza a llevar una doble vida?
Quizás empieza a salir con alguien que no sirve a Jehová.
¿O qué tal si acepta un empleo
que le roba el tiempo
que debería dedicar a la predicación y las reuniones?
Eso sería como quedarse con las llaves,
por decirlo así.
Pero la persona que se ha dedicado a Jehová le ha dicho:
“Mi vida es más tuya que mía,
y cada vez que tenga que escoger
entre hacer lo que yo quiero y lo que tú quieres...
tú ganarás”.
Si piensas así, estás imitando a Jesús,
quien dijo lo que se menciona en el texto de hoy
LO QUE YO ENSEÑO NO ES MIO
PERTENECE AL QUE ME ENVIO” (Juan 7:16.)