Cuando regresamos a la oficina, vi claramente la molestia de Elisa, tanto que no me dirigió la palabra al despedirme de ellas. Casi salte del gusto, me di cuenta que estaba celosa. Esa hermosa mujer, digna de certamen de belleza, celosa de mí, no mames es para chorrearte en los calzones.

En la próxima semana, su trato fue súper fría conmigo, tanto que me asuste, pensé
- Ya valió madre, ella no está para que yo utilice mis pinches técnicas- de cualquier manera me mantuve siendo atento con ella, aunque ya no me dejaba hacerle algún favor o asesoría.

Hasta que un día, casi a los 2 semanas de la comida con su amiga, supe que Elisa estaba internada. Algunos comentaban de un intento de suicidio, yo creo que la explicación que ella nos dio fue la única realidad; fu atropellada por un borracho que no la vio cruzar la calle.

Fui al hospital en compañía de otros colegas de la empresa, me di cuenta que no la estaban atendiendo bien, ya que el costo hospitalario era de algo así como $ 3,500 dólares, más otros gastos daba un total de $5,400 Dólares, dinero que el inútil del esposo no había logrado conseguir.

En ese momento me di cuenta lo que realmente sentía por ella, moví cielo y tierra y logre que esa misma tarde pudiera salir del hospital y prestarle el dinero que necesitaba.

Ella ni cuenta se dio, ya que estaba realmente mal.
Al otro día ya está en su casa, recuperándose. Y el siguiente lunes llago a la oficina, radiante como un sol.

CONTINUARA