Un pasaje curioso y difícil en la Epístola de San Pablo ha dado pie a alguna controversia. El Apóstol dice: "De no ser así ¿a qué viene el bautizarse por los muertos? Si los muertos no resucitan en manera alguna ¿por qué bautizarse por ellos?" (I Corintios 15:29).
Pareciera aquí que exista la absurda costumbre de conferir el bautismo sobre cadáveres, como lo creen algunas sectas herejes.


Ha sido conjeturado si esta usanza desconocida de los Corintios consistía en alguna persona viva recibiendo un bautismo simbólico representando a otra que hubiese muerto teniendo el deseo de ser cristiano, pero que no pudo realizar su deseo de ser bautizado por una muerte imprevista.
San Pablo meramente se refiere a esta costumbre de los Corintios como un argumentum ad hominen, cuando se discute la resurrección de los muertos, pero con esas palabras no está aprobando la usanza mencionada.

El arzobispo MacEvilly en su exposición de las Epístolas de San Pablo, sostiene una opinión diferente. Parafrasea el texto de San Pablo como sigue: "Otro argumento a favor de la resurrección. Si los muertos no han de surgir, ¿qué significa la profesión de fe en la resurrección de los muertos, que se hace en el bautismo? ¿Por qué somos todos bautizados con una profesión de fe en su resurrección?" El arzobispo comenta lo siguiente: "Es casi imposible recapitular algo parecido a la certidumbre en cuanto al significado de estas palabras de significado tan oculto, de la gama de interpretaciones que han sido aventuradas en cuanto a ellas.
En primer lugar, toda interpretación que refiere las palabras 'bautizado', o 'muerto' con prácticas ya sea erróneas o maléficas, que los hombres podrían haber empleado para expresar sus creencias en la doctrina de la resurrección, debe ser rechazada; pues no parece de ningún modo posible que el Apóstol fundamentara un argumento, aún si fuera lo que los lógicos llaman un argumentum ad hominen, sobre una práctica viciada o errónea. Además, un sistema de razonamiento tal sería bastante inconcluso.


Por esto, las palabras no deben ser referidas ya sea con los Clinics, bautizados a la hora de la muerte, o a los bautismos vicarious en uso entre los judíos, para sus amigos que partieron sin el bautismo. La interpretación adoptada en el parafraseo hacen que las palabras se refieran al Sacramento del Bautismo, al cual todos estaban obligados, como condición necesaria, a acercarse con fe en la resurrección de los muertos. 'Credo in resurrectionem mortuorum'. Esta interpretación -aquella adoptada por San Crisóstomo- tiene la ventaja de dar a las palabras 'bautizado' y 'muerto' su significado literal. El único inconveniente es que se introduce la palabra resurrección. Pero es entendido en todo el contexto y se respalda por una referencia a otros pasajes de la Escritura. Pues, a partir de la Epístola a los Hebreos (6:2) parece que un conocimiento de la fe en la resurrección fue uno de los puntos elementales de instrucción requerida para el bautismo de adultos; y por esto las Escrituras mismas proporcionan el fundamento para la introducción de la palabra.

Existe otra posible interpretación, la cual entiende las palabras 'bautismo' y 'muerte' en un sentido metafórico, y se refiere a ellas en los sufrimientos de los Apóstoles y heraldos de la salvación en su predicación de la Palabra a los infieles, muertos a la gracia y la vida espiritual, con la esperanza de hacerles partícipes en la gloria de una feliz resurrección. La palabra 'bautismo' es empleada en la Escritura en este sentido, aún por nuestro Divino Redentor mismo - 'Tengo un bautismo con el cual ser bautizado', etc. Y la palabra 'muerte' es empleada en varias partes del Nuevo Testamento para designar a aquellos espiritualmente muertos a la gracia y a la justicia. En griego, las palabras 'para los muertos', uper ton nekron esto es, por cuenta de o a nombre de los muertos, serviría para confirmar, el algún grado, esta última interpretación. Estas parecen ser las interpretaciones más probables de este pasaje; cada uno, sin duda, tiene sus dificultades.
Todo lo que puede ser conocido en cuanto a su significado en este período remoto, no puede ir más allá de las fronteras de la probable conjetura