Jesucristo, ¿Dónde estás? Quiero hablar contigo...

[intelectito]

Intelectito, no estoy de acuerdo con lo que dices a Esperanza, porque el Evangelio que nos predicó el Señor Jesús es contrario a muchos mandatos escritos en el Antiguo Testamento. Jesús nos enseña mandamientos que son todos de misericordia, de amor, de perdón y de no hacer daño a las personas sino amar a todos, que son mandamientos muy contrarios a los mandatos escritos en el Antiguo Testamento que ordenaban a los hombres hacer daño y matar a las personas en muchas ocasiones.

Así que muchos mandatos del Antiguo Testamento no son la base del Evangelio. El Evangelio de Cristo se entiende basándose en las enseñanzas que nos dio Jesús cuando predicó el Evangelio. Esa es la base del Evangelio: las enseñanzas que Jesús predicó.

...si no has experimentado o tienes la sensibilidad espiritual por el peso de la ley de Dios sobre el pecado del hombre ...

...NUNCA ENTENDERÁS PORQUÉ NECESITAS LA GRACIA DE DIOS .... pues el hombre falló en la ley por no comprenderla, de igual manera fallarás en la gracia de Dios por no comprenderla ...lee Romanos 3: todo el capítulo...

...la Gracia de Dios no es dada porque no podemos guardar la ley de Dios ...en cualquier tiempo o hecho ...

...por eso dijo el publicano golpeandose el pecho "Se propicio a mi, pecador" ...eso es pedir perdón por la Gracia de Dios sabiendo que la ley siempre la quebrantaremos ...

[Porque25]

...por eso dijo el publicano golpeandose el pecho "Se propicio a mi, pecador" ...eso es pedir perdón por la Gracia de Dios sabiendo que la ley siempre la quebrantaremos ...

Aquellos que intentan con todas sus fuerzas guardar los mandamientos que Jesucristo manda guardar... si no cumplen con algún mandamiento, y lo comprende, y se arrepienten, entonces el perdón de Dios está siempre con ellos... Pero aquellos falsos "evangélicos" que como tu, niegan los mandamientos del Evangelio de Jesucristo porque no quieren cumplir con ellos..., entonces para vosotros ya no hay remedio, pues Jesucristo así dijo:

"Si yo no hubiera venido, ni les hubiera hablado, no tendrían pecado; pero ahora no tienen excusa por su pecado. El que me aborrece a mí, también a mi Padre aborrece. (Juan 15:22-25)

Vosotros aborrecéis a Jesucristo cuando aborrecéis los misericordiosos mandamientos que os enseña el Evangelio... Entonces, ya no tenéis escusa para vuestro pecado...