Cita Iniciado por cuinillo Ver Mensaje
No, expanium, no creo que buscar en un diccionario me aclare, porque sabes que más allá del significado de las palabras que te pueda dar un diccionario, hay muchas interpretaciones, muchos matices. O sea, sé lo que significa "indigno", pero para distintas personas, lo indigno puede resultar diferente.

Es decir, comentaba lo del papel, porque sé que algunas personas ni siquiera osan escribir el nombre divino en un papel que potencialmente pueda ser mancillado, caer en el lodo, por ejemplo.
Y por eso me interesa saber tu opinión al respecto.

Es como los judíos antiguos: tanta reverencia le tenían el nombre divino, que no osaban pronunciarlo.

Mira, a Jehová no le preocupa que su nombre escrito en papel con el tiempo desaparezca, el papel se deteriora y está expuesto a la destrucción, los escritos originales de la Biblia y miles de manuscritos bíblicos se destruyeron porque los materiales que se usaron para ponerla por escrito no eran eternos.

Jehová quiere que su nombre esté inscrito en el corazón y mente de sus siervos. Ahora, no fue por reverencia que los judíos reemplazaron el nombre personal de Dios por "Señor" o "Dios" sino por una superstición que sostenía que era incorrecto pronunciar el nombre personal de Dios.

¿Pero dónde Jehová manda al pueblo a no usar su nombre? sencillamente mandó: “No debes tomar el nombre de Jehová tu Dios de manera indigna” (Éxodo 20:7). Es decir, nadie debería usar el nombre de Dios de forma vana o blasfema. Dicho nombre es santo, y todos los que lo llevan tienen que demostrar con su conducta que lo honran.

Más bien, detrás de dicha superstición estaba el enemigo de Jehová; Satanás el Diablo. Casiodoro de Reina es un ejemplo de un traductor que conservó el nombre divino, Jehová, donde corresponde. En la introducción a su versión, que se editó en 1569 y llegó a conocerse como La Biblia del Oso, explicó:

“Habemos retenido el nombre (Jehová) no sin gravísimas causas. Primeramente porque dondequiera que se hallará en nuestra versión está en el texto hebreo, y nos pareció que no lo podíamos dejar ni mudar en otro sin infidelidad y sacrilegio singular contra la Ley de Dios”. Sobre “la superstición judaica [de] no pronunciar el nombre Jehová”, dijo: “Salió esta ley encaminada del diablo para con pretexto de reverencia sepultar y poner en olvido en el pueblo de Dios su santo nombre” (ortografía actualizada)