Veamos como el Credo, tiene fundamentos Bíblicos:

Creo en Dios, Padre Todopoderoso,
Creador del cielo y de la tierra.
Creo en Jesucristo, su único Hijo,
Nuestro Señor,
que fue concebido por obra y gracia del Espíritu Santo,
nació de Santa María Virgen;
padeció bajo el poder de Poncio Pilato,
fue crucificado, muerto y sepultado,
descendió a los infiernos,
al tercer día resucitó de entre los muertos,
subió a los cielos
y está sentado a la derecha de Dios, Padre todopoderoso.
Desde allí ha de venir a juzgar a los vivos y a los muertos.
Creo en el Espíritu Santo,
en la santa Iglesia católica,
en la comunión de los santos,
en el perdón de los pecados,
en la resurrección de la carne
y la vida eterna.
Amén.

Que podemos decir de esta oración? Es algo sin sentido?Los católicos la decimos porque sí? O es una profesión de fe?

Antes de tomar una posición por una u otra definición, sería importante realizar una “exégesis” sobre la oración, es decir ver su significado a la luz de las escrituras. Intentaremos en la medida de lo posible, desmembrar el texto y entender el porqué de cada afirmación.

Creo en Dios,
Deu 6:4 Escucha, Israel: Yahveh nuestro Dios es el único Yahveh. Mar 12:29 Jesús le contestó: «El primero es: = Escucha, Israel: El Señor, nuestro Dios, es el único Señor, =

El Credo comienza por Dios Padre, porque el Padre es la Primera Persona Divina de la Santísima Trinidad.
Padre Todopoderoso,
Lc 18,27 Respondió: «Lo imposible para los hombres, es posible para Dios.»
Creador del cielo y de la tierra. Gén 1,1 En el principio creó Dios los cielos y la tierra.
Nuestro Credo se inicia con la creación del Cielo y de la tierra, ya que la creación es el comienzo y el fundamento de todas las obras de Dios.

Creo en Jesucristo, su único Hijo, Nuestro Señor,
Heb 1,3 el cual, siendo resplandor de su gloria e impronta de su sustancia, y el que sostiene todo con su palabra poderosa, después de llevar a cabo la purificación de los pecados, se sentó a la diestra de la Majestad en las alturas,
Jn 3,16 Porque tanto amó Dios al mundo que dio a su Hijo único, para que todo el que crea en él no perezca, sino que tenga vida eterna.
Hch 2,36 «Sepa, pues, con certeza toda la casa de Israel que Dios ha constituido Señor y Cristo a este Jesús a quien vosotros habéis crucificado.»

que fue concebido por obra y gracia del Espíritu Santo,
Lc 1,35 El ángel le respondió: «El Espíritu Santo vendrá sobre ti y el poder del Altísimo te cubrirá con su sombra; por eso el que ha de nacer será santo y será llamado Hijo de Dios.

nació de Santa María Virgen;
Mt 1,22,23 Todo esto sucedió para que se cumpliese el oráculo del Señor por medio del profeta: = Ved que la virgen concebirá y dará a luz un hijo, y le pondrán por nombre Emmanuel, = que traducido significa: «Dios con nosotros.»

padeció bajo el poder de Poncio Pilato,
Jn 19,1-2 Pilato entonces tomó a Jesús y mandó azotarle. Los soldados trenzaron una corona de espinas, se la pusieron en la cabeza y le vistieron un manto de púrpura;

fue crucificado, muerto y sepultado,
Jn 19,17-19 y él cargando con su cruz, salió hacia el lugar llamado Calvario, que en hebreo se llama Gólgota, y allí le crucificaron y con él a otros dos, uno a cada lado, y Jesús en medio. Pilato redactó también una inscripción y la puso sobre la cruz. Lo escrito era: «Jesús el Nazareno, el Rey de los judíos.»
Lc 23,46 y Jesús, dando un fuerte grito, dijo: «Padre, = en tus manos pongo mi espíritu» = y, dicho esto, expiró.
Lc 23,53 y, después de descolgarle, le envolvió en una sábana y le puso en un sepulcro excavado en la roca en el que nadie había sido puesto todavía.

descendió a los infiernos,
1Pe 3,18-19 Pues también Cristo, para llevarnos a Dios, murió una sola vez por los pecados, el justo por los injustos, muerto en la carne, vivificado en el espíritu. En el espíritu fue también a predicar a los espíritus encarcelados,

al tercer día resucitó de entre los muertos,
1Co 15,3-4 Porque os transmití, en primer lugar, lo que a mi vez recibí: que Cristo murió por nuestros pecados, según las Escrituras; que fue sepultado y que resucitó al tercer día, según las Escrituras;

subió a los cielos y está sentado a la derecha de Dios, Padre todopoderoso.
Mc 16,19 Con esto, el Señor Jesús, después de hablarles, fue elevado al cielo y se sentó a la diestra de Dios.

Desde allí ha de venir a juzgar a los vivos y a los muertos.
Hch 10,42 Y nos mandó que predicásemos al Pueblo, y que diésemos testimonio de que él está constituido por Dios juez de vivos y muertos.

Creo en el Espíritu Santo,

Rom 5,5 y la esperanza no falla, porque el amor de Dios ha sido derramado en nuestros corazones por el Espíritu Santo que nos ha sido dado.

Como será de importante creer en el Espíritu Santo, que el mismo Jesús nos dice que el único pecado que no será perdonado, ni en este mundo ni en el otro es el pecado contra el Espíritu Santo.

la santa Iglesia católica,
Efe 5,25-27 Maridos, amad a vuestras mujeres como Cristo amó a la Iglesia y se entregó a sí mismo por ella, para santificarla, purificándola mediante el baño del agua, en virtud de la palabra, y presentársela resplandeciente a sí mismo; sin que tenga mancha ni arruga ni cosa parecida, sino que sea santa e inmaculada.
Mt 16,18 Y yo a mi vez te digo que tú eres Pedro, y sobre esta piedra edificaré mi Iglesia, y las puertas del Hades no prevalecerán contra ella.
Mt 28,19 Vayan, pues, y hagan que todos los pueblos sean mis discípulos. Bautícenlos en el Nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo,

la comunión de los santos,
Apo 7,9 Después de esto vi un gentío inmenso, imposible de contar, de toda nación y raza, pueblo y lengua, que estaban de pie delante del trono y del Cordero, vestidos con vestiduras blancas y con palmas en sus manos,

el perdón de los pecados,

Jn 20,23 a quienes descarguen de sus pecados, serán liberados, y a quienes se los retengan, les serán retenidos.

la resurrección de la carne

Rom 8,11 Y si el Espíritu de Aquel que resucitó a Cristo de entre los muertos está en ustedes, el mismo que resucitó a Jesús de entre los muertos dará también vida a sus cuerpos mortales por medio de su Espíritu, que habita en ustedes.

y la vida eterna.

Apo 22,5 No necesitarán luz de lámpara ni de sol, porque Dios mismo será su luz, y reinarán por los siglos para siempre.

Amén.
Apo 22,20 El que da fe de estas palabras dice: “Sí, vengo pronto. Amén. Ven, Señor Jesús.

El credo no es más ni menos que una profesión de fe, es una confesión de fe sumamente completa. En esta oración está resumida toda la fe de los Apóstoles y que ha sido trasmitida a nosotros los creyentes por medio de la sucesión apostólica.