Iniciado por
Worff
Que nadie dude que el ateismo es perjudicial para el Hombre y ninguna mejor prueba que asistir al espectáculo que nos ofrece el incontenible derrumbe de la Civilización, de lo cual el Ateismo es su sello inequívoco, afectando todos los aspectos de la Ética, la moral de las naciones, en la psicología de los pueblos, y fundamentalmente en el orden sociológico en todas y cada una de sus manifestaciones.
El espíritu humano se resiente cuando se abandona a las divagaciones del ateismo, pues a partir de ese momento condicionará todos los aspectos de su vida, quedara abandonado al desasosiego, la incertidumbre, la inestabilidad y la ansiedad, nunca más habrás paz en la soledad de un ateo, allí es solo él quien debe responder sobrfe aquellas cosas sobre las cuales él parece tan seguro, especialmente cuando entre burla y burla agobia a los creyentes con sus falsas certezas y sus alambicadas disertaciones en las que sostiene su retorcida ideología.
Dentro de cada persona hay una tendencia innata que brota tan pronto un niño comienza a pensar, una serie de preguntas se plantean en su interior: ¿por qué fuimos creados, quién nos ha creado, hacia dónde nos encaminamos…?, ¿cual es el sentido de la vida?.
Pero dado que el ateísmo es una creencia básicamente ignorante, ya que presupone la ausencia de trascendencia o propósito alguno en el Universo, no puede sacar al hombre de sus dudas, de su angustia ni de su sensación de inutilidad.
De esta manera el ateo elude enfrentarse al enigma de la vida y así permanece siempre perplejo, siempre militante, siempre agresivo y beligerante con cualquiera que se atreva a decir que cree que hay Algo Más, el ateo odia esa palabra o cualquiera que le muestre a Dios, le resulta intolerable esa idea, pero curiosamente no le quita jamás los ojos de encima, fascinado como un conejo frente a los ojos de la cobra, día y noche piensa y habla sobre la inexistencia de dios, como si ese insistente martillar pudiera sostenerlo y validar su ideología.
Pero es vana y letal la ilusión del ateismo, no puede responder cuál es el fin de la vida y del Universo, así, esa ofuscada obcecación, anómala desviación de la mente humana, todo lo que hace es concederle una serie de opiniones, unas cuantas suposiciones y conjeturas que solo sirven para la diatriba diaria, pero que en lo oculto, en lo silencioso de la Mente, el ateo sabe, QUE ES FALSO.