No se puede confundir simpatía, confianza, respeto, buen relacionamiento, con amistad.
Muestro con orgullo el primer sellito que tengo en mi libreta de trabajo: 17 años de edad. Desde esa fecha hasta ahora, he ido aprendiendo algunas cosas que hoy las tengo como Ley. Nada de amistades en el trabajo. Muchísimo menos si se comparte el mismo sector.

Al empleo vamos a ganar dinero, y eso queda patente a la hora que las papas queman. Es solo la empresa comenzar una reducción de personal, u ofrecer un ascenso al grupo, para que las uñas y dientes crezcan. El instinto personal de superación y supervivencia, son lo que mantiene vivo al Capitalismo. No las relaciones sentimentales.
¿Será que nunca supe ganarme un amigo que se ofreciera para ser despedido en mi lugar, o que desistiera de un ascenso para que yo lo consiga? Quizás sea esto.


.