(2ª parte del artículo de Pedro Fernández Barbadillo sobre las memorias de Niceto Alcalá Zamora y las elecciones de febrero de 1936):

El escándalo de la comisión de actas

El segundo tuvo lugar con la Cortes ya abiertas, lo que ocurrió el 17 de marzo: se formó una comisión para la revisión de las actas discutidas presidida por el socialista Indalecio Prieto. De las 456 actas presentadas, sólo 187 no tenían protesta de legitimidad. A los debates de la comisión los precedió una campaña de desprestigio de la prensa de izquierdas. El Socialista de 20 de marzo escribió: "Ni un solo diputado de derechas puede afirmar que alcanzó limpiamente su escaño".

En esa comisión el Frente Popular, con el respaldo del PNV, robó un puñado más de escaños a la derecha: la CEDA pasó de 101 diputados a 88 y el PSOE subió de 88 a 99. Así cambiaron de siglas 32 actas, que fueron en su mayoría a la izquierda. Además, se anularon las elecciones en dos provincias donde la derecha había ganado, Cuenca y Granada, y se ordenó que se repitieran en mayo. Ante la violencia de las bandas socialistas y comunistas, las derechas renunciaron a presentarse en Granada, donde los milicianos detenían en las calles a sus adversarios, y el Frente Popular ganó en Cuenca.

Al final del proceso, el Frente Popular, unido al Frente d’Esquerres catalán, superaba los 280 diputados.

Una vez construida una mayoría absoluta con fraudes y tiros, la misión de esas Cortes ilegítimas fue la destitución de Alcalá Zamora por un mecanismo inconstitucional. El 8 de abril de 1936, veinte meses antes de cumplir su mandato, el abogado andaluz fue destituido por la misma izquierda a la que tanto había ayudado, al disolver las Cortes con mayoría de derechas (a las que calificó de "Parlamento fernandino") y ordenar a Portela que procurase favorecer a los candidatos del Frente Popular. Sólo cinco diputados votaron en contra de su remoción.


























Y fin del artículo, que acaba con la "justicia poética" de la destitución de Niceto Alcalá Zamora por el nuevo parlamento constituido en las irregulares elecciones de febrero de 1936. Niceto, "liberado" de su cargo de presidente de la República, se fue de vacaciones por los países bálticos cuando empezó la guerra con el golpe del 18 de julio. No pudo volver a entrar a España. Las hordas del Frente Popular saquearon los bancos y las cajas que guardaban las pertenencias de sus clientes, entre ellos Niceto, que se quedó sin nada, sin un duro, con una mano delante y otra detrás. Acabaría sus días en Argentina, en un viaje en barco que duró un año (creo recordar, y no tengo ganas de usar google para confirmarlo) y en el que perdió un montón de peso. En fin...., sic transit gloria mundi







Pero eso eran las memorias de Niceto Alcalá Zamora. Esta semana se presenta el libro sobre el pucherazo de las elecciones de febrero del 36. Supongo que tal libro será atacado sin piedad por los "historiadores del régimen", que guardan la "verdad oficial" del democratísimo y afabilísimo Frente Popular, tan dulce y más suave que Platero, un gatito y el borreguito de Norit.

(Para los que no conozcan ni a Platero, el burro, ni el borreguito de Norit, aquí pongo fotos del benéfico y dulce Frente Popular, en la "historiografía oficial"):





Aunque la verdad es dura, terca y no siempre tan suave como el borreguito de Norit y Platero el burro.




PD: la foto de Platero la he sacado de un "doodle" de Google dedicado a Platero.