Además del regaño público a la cúpula católica mexicana, les dijo ante sus pleitos y busqueda de lujos, palabras mas o menos que se pelearan como hombres, cara a cara y que no anduvieran con dimes y diretes públicos a escondidas. Y se ciñeran a los mandamientos y enseñanzas evangélicas.
Pues así andamos por acá.