La obra de Moa ha sido descalificada por numerosos autores e historiadores del ámbito académico, entre los que se encuentran Javier Tusell,20 Paul Preston,21 Pedro Carlos González Cuevas,22 23 24 Alberto Reig Tapia,25 Enrique Moradiellos,26 Francisco Espinosa Maestre,27 Justo Serna,28 29 Mercedes Yusta,30 Carlos Rilova Jericó,31 Helen Graham,32 Santos Juliá,33 Gabriel Cardona,34 Edward Malefakis35 y Ángel Viñas,36 que afirman que las conclusiones de Moa contradicen la investigación historiográfica académica realizada desde la muerte de Franco y que ignoran las fuentes primarias a las que se tuvo acceso una vez terminada la dictadura. Estos autores e historiadores opinan que la argumentación y conclusiones de Moa coinciden en lo esencial con las de los historiadores franquistas de la inmediata posguerra, en especial Joaquín Arrarás, así como con las de Ricardo de la Cierva,30 y que los aspectos formales y metodológicos de su obra, tales como la ausencia de notas, uso de acusaciones genéricas y empleo dudoso de las fuentes y de los testimonios, impedirían el debate científico que el propio autor siempre reclama.
El politólogo de la Universidad Rovira i Virgili Alberto Reig Tapia, que ha sido uno de los pocos autores que se han ocupado de su obra de manera extensa, ha afirmado que «la obra de Moa ha suscitado el rechazo firme y unánime de la comunidad historiográfica nacional e internacional», calificándolo de «simple comentarista», acusándolo de no haber «hecho investigación de primera mano» y de ignorar «toda la bibliografía académica de los últimos años». Opina que Moa no es ni siquiera un revisionista y considera que se ha limitado a reproducir «la misma cantinela de siempre». Según su juicio, a Moa se le explicaría desde un punto de vista sociológico, no literario o historiográfico, y sería «la versión española, a la baja naturalmente, del revisionismo que ya se manifestó en Francia, Alemania o Italia hace unos años respecto a su propia historia». Según sus propias palabras, «supone, salvadas las distancias, una especie de negacionismo». Reig Tapia concluye afirmando que «es una auténtica pérdida de tiempo abordar científicamente lo que por sí mismo se sitúa al margen de la historia».37
El historiador e hispanista Paul Preston, criticando el revisionismo histórico y sus autores, de los que afirma que «repiten los lugares comunes de una literatura franquista que surgió para descalificar la República» y que «alimentan a la gente que se siente incómoda por los esfuerzos de la recuperación de la memoria histórica», señaló sobre Pío Moa: «[No es un] gran historiador a base de nuevas investigaciones» y «durante muchos años luchó contra la democracia con pistola y ahora hace lo mismo pero con la pluma».38 El historiador e hispanista británico Chris Ealham es de la opinión de que la «mayor parte (aunque no todos) los historiadores tienen aversión a ser identificados con las conclusiones pobremente documentadas y explícitamente propagandistas de Moa».39