Poema 38
-Todo a lo que aspiramos es siempre de otro.
Nos mira desde su condición ajena y nos inyecta en la propia miseria
el veneno de lo irremediable. Vivimos y morimos deseando el amor
de quien no puede dárnoslo, el conocimiento que no podemos adquirir,
la juventud eterna, el poder, y nada sucede nunca porque para eso
uno tendría que dejar de ser quien es y pasar a ser ese otro. Encima leí
por ahí que nadie sabe quien es ¿Te das cuenta de lo espantosamente
cerca que vivimos de enloquecer y suicidarnos?
En ese instante yo deseé ser aquel otro que no se conmovió ante su belleza y sus palabras y siguió de largo.
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Tengo que escoger lo que detesto:
o el sueño, que mi inteligencia odia,
o la acción, que a mi sensibilidad repugna;
o la acción para la que no nací, o el sueño
para el que no ha nacido nadie.
Resulta que como detesto a ambos,
no escojo ninguno, pero, como alguna vez
tengo que soñar o actuar, mezclo una cosa con la otra.