-Todo a lo que aspiramos es siempre de otro.
Nos mira desde su condición ajena y nos inyecta en la propia miseria
el veneno de lo irremediable. Vivimos y morimos deseando el amor
de quien no puede dárnoslo, el conocimiento que no podemos adquirir,
la juventud eterna, el poder, y nada sucede nunca porque para eso
uno tendría que dejar de ser quien es y pasar a ser ese otro. Encima leí
por ahí que nadie sabe quien es ¿Te das cuenta de lo espantosamente
cerca que vivimos de enloquecer y suicidarnos?


En ese instante yo deseé ser aquel otro que no se conmovió ante su belleza y sus palabras y siguió de largo.

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